miércoles, febrero 22, 2006

Lección


Dedicado a la memoria de María del Rosario Endrinal, y a todos los demás seres humanos que sufren a manos de los aberrantes juegos de los bárbaros.

- Aquel viejo cabrón borracho nos observaba con un exceso de confianza que a mis amigos ni a mí nos gustaba lo más mínimo. Ya nos había jodido la noche, mierda. No se puede salir tranquilamente a tomar algo sin que aparezca siempre algún gilipollas a aguarte la fiesta. Y aquel viejo cabrón ahí, mirando y mirando. Le grité que si tenía algún problema, que si era maricón o qué y agachó la cabeza, pero nos seguía mirando por el rabillo del ojo. Nos estaba poniendo muy nerviosos. Así que decidimos darle una lección. Nada serio, de verdad, sólo un susto, para que aprendiera a no mirar a quien no debe. Para que aprendiera cuál es su sitio. Me acerqué e él, seguido de cerca por las risas y los pasos de mis amigos. El viejo apestaba a mierda y a vino a metros de distancia. Qué puto asco. Daban ganas de vomitar. Le pregunté que si se quería ganar diez euros. Dijo que sí, claro. Aunque algo malo se olía, ya que comenzó a temblar como un puto marica. Le dije que le daba diez euros si se bañaba ahora mismo. Los colegas se partían de risa. Ya se imaginaban lo que venía ahora. Era la tercera vez en lo que iba de mes. Manolo y Luisete, siempre atentos, fueron a buscar lo necesario a mi coche, mientras comenzaba la acción. Comenzamos a desnudarle Josema y yo, los dos que nos quedamos con el viejo cabrón. Se resistía y no nos dejaba empelotarle, por lo que tuvimos que darle dos o tres ostias para que se quedara tranquilo. Al final, lo conseguimos, aunque no sin asco, porque apestaba como un puto cerdo. El viejo se cogía de las rodillas y no paraba de tiritar muerto de frío. Le dije que estuviera tranquilo, que pronto le daríamos algo con que calentarse… Y así fue como ocurrió todo. Sólo queríamos darle una lección, lo prometo, una lección, nada más.

- Comprenderás que no podemos presentar esta declaración ante el juez. ¿Habíais bebido?

- Joder, ya te digo.

- Perfecto.


Cayetano Gea Martín

5 comentarios:

Marga dijo...

Ýa te digo! me gustó!

Barbarie es la palabra y desechos mentales... o sólo impiedad?

Kay dijo...

¡Gracias por el comentario!

Lo cierto es que no lo sé... Viendo sus rostros uno no puede evitar temblar ante tamaña barbarie. ¿Impiedad? Por descontado, aunque en mi opinión son desechos sociales, desgraciadamente, productos típicos del mundo en el que vivimos...

Anónimo dijo...

Si, productos del mundo en el que vivimos, pero no hay que olvidar que es el mundo que hacemos nosotros todos los días. Las cosas son así por algo y es responsabilidad de todos. Esos chicos han vivido más o menos como nosotros y lo que han hecho lo puede hacer cualquiera de nuestro entorno. La familia de esos chicos seguro que también decía.No,mi hijo no!Pues sí,tu hijo si y te tienes que preguntar porqué.

Anónimo dijo...

Si, productos del mundo en el que vivimos, pero no hay que olvidar que es el mundo que hacemos nosotros todos los días. Las cosas son así por algo y es responsabilidad de todos. Esos chicos han vivido más o menos como nosotros y lo que han hecho lo puede hacer cualquiera de nuestro entorno. La familia de esos chicos seguro que también decía.No,mi hijo no!Pues sí,tu hijo si y te tienes que preguntar porqué.

Kay dijo...

Totalmente de acuerdo: es algo que nos aflije a todos y no se soluciona crucificándolos.

Estoy de acuerdo