Las hojas que cubren tu rostro,
Y que te impiden ver más allá
De tus paranoicos párpados-cerrojo,
Son tu maldición y tu ajuar:
Tu excusa perfecta y tu justificación.
El billete que tapa tu mente cual unción,
Y que no deja espacio para errores
Más allá de ese injerto verde y capitalista,
Posee el color de tus horrores:
El gordo estómago del hambre tercermundista.
El cigarro que muerde tu cruel boca clasista,
Y que te vuelve incapaz de dejarnos respirar,
Salvo para pagar tus platos rotos llenos de ortigas
Tiene la textura de nuestra piel contra el mar:
Tu voz y nuestro silencio de hormigas.
El cuchillo que poso en tu gordo cuello con fatiga
Y que sujeto con la vengativa firmeza
Que me otorgan tus violaciones y perjuicios
Es el fatídico instrumento del colectivo sin cabeza
De los niños ahogados entre tu margen de beneficios
Hemos visto hacia dónde nos conducen ellos:
Hacia los campos, hacia las guerras, hacia el matadero.
Esta noche será el fin del antiguo orden.
Esta noche, debéis elegir qué queréis.
Elegid con cuidado.
Alan Moore – V de Vendetta
Cayetano Gea Martín
2 comentarios:
Hacia tiempo que no oía hablar de Moore. Le conocí a través de un amigo fanático de los comics y de la ciencia ficción social, como a él le gustaba denominar. Lo que esa literatura nunca imaginó es que el fascismo tuviera tantas caras y un sólo tacto. Me gusta tu poema, gráfico y con fuerza...
¡Gracias por tu acertado comentario!
Como aficionado al cómic, no puedo evitar rendirle homenajes de vez en cuando al, para mí, mayor talento que ha dado ese arte...
Nuestro chamán barbudo de Northampton posee ese toque de excentricidad y misterio de todos los genios.
¡Brindo por sus cincuenta tacos!
Publicar un comentario