sábado, marzo 25, 2006

Niño

Niño de piel y de ojos sin suerte
De cráneo calvo y manos sin venas
Mi comodidad es tu condena
Mi silencio, tu silenciosa muerte

Niño de negra boca seca
Perlada de huevos de mosca
Tu corazón es su limosna
Tus ojos su porcentaje de ventas

Niño de desnutrido corazón
De alma muerta antes de luchar
Su barriga es nuestro maná
Su capital nuestra televisión

Niño de fuego apagado
Rescoldo del tercer o cuarto mundo
Nuestros eufemismos son ácidos
Vuestras muertes innobles
Sus propósitos inmundos

Y nuestro silencio culpable
Cayetano Gea Martín

2 comentarios:

Marga dijo...

Somo culpables de todos los niños del mundo, de andar rompiendo inocencias por un puto excedente que en esta Europa nuestra de intercambios históricos tiramos a la basura para equilibrar balanzas...

Lo peor es que dentro de unos segundos lo habremos olvidado. No se puede cargar tanta mierda sobre los hombros... o deberíamos y ya nos hemos convencido de lo contrario?

Saludossssssss

Kay dijo...

Una amiga me decía que no soportaba a la gente que seguía a pies juntillas la parafernalia católica, que les provocaba lástima el contemplar cómo esa gente vivía hipócritamente una mentira.

¿Y nosotros qué? ¿Somos más libres acaso? ¿No nos han comprado igual con un cofre de baratijas? Agonizan niños mientras nos tomamos otra cerveza. ¿No es el mismo nivel, o peor, de hipocresía?

Sabemos, en el fondo de nuestra mente, que hay algo que no encaja, algo malo, pero tenemos (como decía Sabina) más de cien mentiras para no cortarnos de un tajo las venas...

Gracias por comentar, siempre un placer leerte