miércoles, febrero 14, 2007

Discípulo de epicúreo rostro maldito


Y si no es a ti no es a nadie, y así ya me preguntan, me acechan, me destrozan y me sangran en tu altar, y todo por nada, sin sentido, no lo hay, no lo busques, solamente soy yo, aquí, tecleando a velocidad de vértigo, sin pensar en lo que escribo ni en nadie, a solas con el torrente de estupideces que he de vomitar para no reventar por los cuatro costados, para no anclarme en mi presente, en mi monotonía, esa que amo tanto como la odio, esos clavos en caja de madera y ese silencio boscoso que se adentra enarbolando cuchillos de plata hasta mi refugio animal, parado en un segundo eterno de sangre deliciosa que se derrama por la comisura de mis labios, el sabor alcalino en mi boca cuando muerdo la manzana y me entrego sin reparos a la serpiente.


Cayetano Gea Martín

2 comentarios:

Marga dijo...

Ummm me gustan los pensamientos-escritos a vuelapluma,a cincel casi...

Si algún día cuelgo otro blog se llamará así... jajaja

Kay dijo...

Muchas gracias por tus elogios hacia mis eyaculaciones verbo-mentales, jejejeje...

Besos de viernes

Caye