Es curioso, extraño: nunca te había escrito hasta ahora, jamás te he dedicado una línea, jamás un relato, una memoria, un verso; cuando todo lo que tengo y todo lo que soy te pertenece más que a nadie en este mundo, cuando te quiero tanto que me duele, que el temor a no tenerte me atenaza el corazón y lapida mis emociones.
Será por vergüenza, quizá; será porque creo que te conozco como si te hubiera parido; será porque llevo contigo desde el mismo instante en que naciste y he asistido a todas tus transiciones, a todos tus cambios; será porque nunca he encontrado las palabras que sean capaz de reflejar lo obvio que es la certeza de saber que te quiero más que a nadie en este mundo, que por ti, y sólo por ti, sería capaz de dar mi vida.
Ahora que la vida me aleja de tu hogar, sólo quiero que sepas que siempre estaré ahí, que no importa lo que pase, con quien esté yo o estés tú, que nada ni nadie me separá jamás de ti.
Eres la persona más excelente, en todos y cada uno de los sentidos, que conozco. Nadie se puede acercar a lo que siento por ti. Nadie. Sólo quería que lo supieras. Acepta estas pobres palabras de amor como regalo de tu décimo noveno cumpleaños.
Será por vergüenza, quizá; será porque creo que te conozco como si te hubiera parido; será porque llevo contigo desde el mismo instante en que naciste y he asistido a todas tus transiciones, a todos tus cambios; será porque nunca he encontrado las palabras que sean capaz de reflejar lo obvio que es la certeza de saber que te quiero más que a nadie en este mundo, que por ti, y sólo por ti, sería capaz de dar mi vida.
Ahora que la vida me aleja de tu hogar, sólo quiero que sepas que siempre estaré ahí, que no importa lo que pase, con quien esté yo o estés tú, que nada ni nadie me separá jamás de ti.
Eres la persona más excelente, en todos y cada uno de los sentidos, que conozco. Nadie se puede acercar a lo que siento por ti. Nadie. Sólo quería que lo supieras. Acepta estas pobres palabras de amor como regalo de tu décimo noveno cumpleaños.
Te quiero mucho, hermano.
Cayetano Gea Martín
2 comentarios:
Todavía no te has mudado y ya te vas a morir de morriña!!!
Ay, qué potito!!! Snif...
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