Verde, verde, el color de mi futuro de animales
De mi lejana ancianidad, de pastillas
De enfermeras de blancas faldas sobre sillas
Algodones en fosas nasales, sondas rectales
Revistero descolorido con manchas hepáticas
Reposiciones y partidas de dominó cansado
El tiempo pasando, sin mirar, por mi lado
Me asesina con su homilía y su plática
Oro, oro, el color de mi pasado
De mi cercano y perdido porvenir
Que se aleja, para siempre, de mí
Envuelto en bruma y juguetes mutilados
Caramelos, barcos, imposición de manos
Pliegues de ropa y pies de colosos
Y el rostro, rostro, diminuto y hermoso
De mi recién nacido hermano
Rosa, rosa, el color de mi presente
De mi momento de brillar
Ahora o nunca, he de incinerar
La Rueda y mi orgullo deprimente
El destello ácrata lunar y el sexo
Palpitante, emergente, oscilante
Péndulo de Foucault delirante
Que sólo desea medrar entre tres nexos:
Verde, el color de tu hierba triste
Que devoro, y libo en tu polen
Discípulo de Pan persiguiendo a Circe
Frescor de cuerpo joven
Verdor de vida sin hiel
Oro, el color de tu jalea real
De tus dulces pechos blancos
De tu nuca y de tu arco supraorbital
De tus piernas y pies y ojos y manos
De tu vello tostado al sol
Rosa, el color de tu sexo en flor
Del mío cuando goza al borde del estallido
Nuestro, cuando ambos se juntan en dulce agonía
En mágica comunión, en za-zen, en armonía
En sinfonía, en crescendo, en éxtasis, en rugido
Y en el cálido y rosado rescoldo posterior
De mi lejana ancianidad, de pastillas
De enfermeras de blancas faldas sobre sillas
Algodones en fosas nasales, sondas rectales
Revistero descolorido con manchas hepáticas
Reposiciones y partidas de dominó cansado
El tiempo pasando, sin mirar, por mi lado
Me asesina con su homilía y su plática
Oro, oro, el color de mi pasado
De mi cercano y perdido porvenir
Que se aleja, para siempre, de mí
Envuelto en bruma y juguetes mutilados
Caramelos, barcos, imposición de manos
Pliegues de ropa y pies de colosos
Y el rostro, rostro, diminuto y hermoso
De mi recién nacido hermano
Rosa, rosa, el color de mi presente
De mi momento de brillar
Ahora o nunca, he de incinerar
La Rueda y mi orgullo deprimente
El destello ácrata lunar y el sexo
Palpitante, emergente, oscilante
Péndulo de Foucault delirante
Que sólo desea medrar entre tres nexos:
Verde, el color de tu hierba triste
Que devoro, y libo en tu polen
Discípulo de Pan persiguiendo a Circe
Frescor de cuerpo joven
Verdor de vida sin hiel
Oro, el color de tu jalea real
De tus dulces pechos blancos
De tu nuca y de tu arco supraorbital
De tus piernas y pies y ojos y manos
De tu vello tostado al sol
Rosa, el color de tu sexo en flor
Del mío cuando goza al borde del estallido
Nuestro, cuando ambos se juntan en dulce agonía
En mágica comunión, en za-zen, en armonía
En sinfonía, en crescendo, en éxtasis, en rugido
Y en el cálido y rosado rescoldo posterior
Cayetano Gea Martín
3 comentarios:
Veo a Lorca y algunas otras cosillas.
Me gustan los dos punton en mitad del poema. Buena idea.
¡Joder! Yo veo a Lorca por todas partes, jejeje... Por algo es mi poeta favorito...
jajajaja destilaba Lorca, verde que te quiero verde... y el romancero gitano y olé!! con las chispitas de Kay, eh?
Ufff pasión del sur... me encantó el ritmo!!
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