Debajo, debajo,
acostumbrado a morar
donde no llega la luz,
donde el cielo no existe,
ni como metáfora,
ni como bóveda.
Debajo, oscuro,
rodeado de tinieblas,
me circundan éstas
en oleadas de negros tribales
sobre el fondo negro
de la soledad.
Debajo, ahí,
donde te da miedo bajar,
donde jamás pondrías
tú los pies,
salvo al final del camino:
lo inevitable.
Debajo, debajo,
no hay pétalos por deshojar,
ni sendas por andar;
sólo el saber que estás debajo,
a oscuras, desnudo,frío y muerto.
Cayetano Gea Martín
2 comentarios:
Muy bueno :)))
Besos***
Debajo, tan abajo... suerte tenemos de que nadie haya diseñado aún escafandras para tanta profundidad.
Besosssssss un poco más arriba
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