viernes, junio 09, 2006

Magia

En silencio me adentro, sin compartir más deseos que los de este sueño de hechicero, de chamán, de rebanador de cabelleras y coleccionador de prepucios, admirado por unos, despreciado por otros. Aunque todos acuden a mí tarde o temprano, claro. Cuando necesitan un filtro de amor, cuando desean que su vecino, aquél con el que tienen una disputa por un quítame allí esa linde, cuando necesitan saber lo que les deparará el traicionero futuro, o cuando desean que su hija sangre en la noche de bodas. Aún así, siempre me temerán, lo cual es bueno para el negocio. Necesito clientes respetuosos, temerosos de los poderes celestiales que los dioses primigenios me concedieron, que los ancestros milenarios depositaron en la palma de mis sabias manos.

Por mi morada han desfilado todos los dignos de llamarse poderosos: temibles reyes, caducos sabios, virginales damas, viriles militares, incluso, camuflados, teólogos y científicos. ¡Oh, cómo caen el Dios cristiano y la todopoderosa ciencia cuando se apaga la luz, nos metemos en la cama y temblamos ante nuestro destino y muerte, nuestra propia muerte, cada noche más cercana! ¡Cómo entonces aquellos que me insultan y me vituperan, que me acusan de sacar partido de las supercherías del pueblo, cómo entonces se arrastran para que les saque del pozo de su inteligencia, del estanque vedado de su sabiduría!

Pero en la hoguera de las vanidades que prenden a mis pies, disimulan sus ansias y sus temores efectuando sistemáticas cazas de brujas. Me señalan con su dedo y me acusan, me acusan de enriquecerme del miedo ajeno. ¡Me acusan! ¡Ellos, ellos! Ellos, que no dudan en demonizarme, en pregonar a los cuatro vientos que soy un falaz, un granuja digno de la picaresca española. ¡A mí! ¡A mí que lo único que hago es dar esperanzas a aquellos desdichados que se encuentran perdidos en un mar de lágrimas! ¡A mí que erradico en dolor ajeno al módico precio de siete euros el minuto!


Cayetano Gea Martín

2 comentarios:

Marga dijo...

Jajaja genial! me vino a la cabeza los papelitos que reparten en el metro, te lo dieron alguna vez? es el anuncio de un chamán africano que promete parcticar vudú de ser necesario para conseguir amores imposibles, sanaciones, trabajo... el tuyo más literario, claro!! jeje

Saludosssssss, señor kay, se le echaba de menos

Kay dijo...

Zippp... Me vino la inspiración de ahí...

Mucho trabajo y poco tiempo para el esparcimiento mental (qué mal suena eso: me imagino cerebros por el parqué...) tienen la culpa de mi ausencia... ¡Vacaciones ya!

Vamos a entrar en tu blog, que hace mucho que no me paso...

Gracias por seguir ahí...