Cuando nació era un ser par: tenía dos ojos, dos cápsulas suprarrenales, dos orejas, dos piernas, dos hemisferios cerebrales, dos manos, dos pulmones, dos testículos, dos riñones, dos aurículas, dos ventrículos, dos uréteres, dos clavículas. Si realizásemos una sección transversal de su cabeza dividiéndola en dos regiones exactamente iguales, hallaríamos un número par de cabellos en cada una de ellas.
Pero las pruebas a las que Dios le sometió fueron numerosas y de variada naturaleza:
1.Su ojo izquierdo comenzó a envejecer más rápido que el derecho. A los diez años se le secó.
2.Le fue extirpado el pulmón izquierdo a los treinta años porque era el único al que iba a parar el humo de los cigarros que consumía sin cesar.
3.Una novia muy recatada le había dicho te quiero al oído. Cuando se convirtió en ex-novia se llevó como recuerdo de su indiscreción su oreja izquierda.
4.Perdió su mano izquierda en el Metro. Se quedó adherida a un trasero femenino. Ya no supo más de ella pero tampoco le importó. Les deseó a ambos mucha felicidad.
5. Su riñón izquierdo, malhumorado por el trabajo diario, decidió no trabajar más. La inactividad acabó con él.
6.Perdió su testículo izquierdo en una refriega. Mi natural empatía impide la narración minuciosa de este punto.
7.Perdió la pierna izquierda en una bifurcación de caminos. La derecha quiso tomar una de las direcciones; la izquierda, la contraria. Esta última decidió emprender el viaje sola.
8.Llegados a este punto (que no es otro que el 8), si realizásemos una sección transversal de su cabeza dividiéndola en dos regiones exactamente iguales, hallaríamos un número impar de cabellos en cada una de ellas.
Tras el puno 8 podemos considerar que ahora nuestro protagonista es el hombre impar.
Se encuentra en el hospital aquejado de un intenso dolor de cabeza. Tras las pruebas pertinentes el médico se sienta frente a él y le comunica:
-Tiene usted un tumor en el cerebro. Para evitar que pudiera extenderse hemos de retirar completamente el hemisferio izquierdo.
Pero las pruebas a las que Dios le sometió fueron numerosas y de variada naturaleza:
1.Su ojo izquierdo comenzó a envejecer más rápido que el derecho. A los diez años se le secó.
2.Le fue extirpado el pulmón izquierdo a los treinta años porque era el único al que iba a parar el humo de los cigarros que consumía sin cesar.
3.Una novia muy recatada le había dicho te quiero al oído. Cuando se convirtió en ex-novia se llevó como recuerdo de su indiscreción su oreja izquierda.
4.Perdió su mano izquierda en el Metro. Se quedó adherida a un trasero femenino. Ya no supo más de ella pero tampoco le importó. Les deseó a ambos mucha felicidad.
5. Su riñón izquierdo, malhumorado por el trabajo diario, decidió no trabajar más. La inactividad acabó con él.
6.Perdió su testículo izquierdo en una refriega. Mi natural empatía impide la narración minuciosa de este punto.
7.Perdió la pierna izquierda en una bifurcación de caminos. La derecha quiso tomar una de las direcciones; la izquierda, la contraria. Esta última decidió emprender el viaje sola.
8.Llegados a este punto (que no es otro que el 8), si realizásemos una sección transversal de su cabeza dividiéndola en dos regiones exactamente iguales, hallaríamos un número impar de cabellos en cada una de ellas.
Tras el puno 8 podemos considerar que ahora nuestro protagonista es el hombre impar.
Se encuentra en el hospital aquejado de un intenso dolor de cabeza. Tras las pruebas pertinentes el médico se sienta frente a él y le comunica:
-Tiene usted un tumor en el cerebro. Para evitar que pudiera extenderse hemos de retirar completamente el hemisferio izquierdo.
Pedro Garrido Vega.
3 comentarios:
Mucho House veo yo x aqui... Jejeje, eres tremendo.
Genial!! imaginativo hombre impar...
Jejeje...
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