Secundando la idea del señor Garrido, os dejo una lista muy personal. A ver si adivináis de dónde proviene su inspiración…
Pijas cuarentonas de tinte para el pelo rubio pepero con el corazón manchado de café y nicotina.
Tímidos jóvenes en proceso de abandonar el armario y que sueñan con horizontes más libres y con sexo griego, lejos de miradas opresivas.
Descerebrados racistas que propagan sus ideas a base de tópicos y de simpleza mental. Diría que ojala alguien les hiciera una lobotomía si no fuera imposible el que se quedaran más tontos aún.
Enormes boinas negras con ancianos pequeñitos dentro que disfrutan recordando horribles tiempos mejores y celebrando la fiesta / matanza nacional.
Pollitas y chochitos perfumados que van cogidos del vello púbico camino del éxtasis y de las danzas agresivas en locales oscuros.
Desafortunados conocidos que celebran el haberte visto mediante una conversación infructuosa acerca del libro que estás leyendo. O mejor dicho, que estabas leyendo.
Señoras con parientes presidiarios a los que visitar que le cuentan al de al lado cómo una vez se liaron a ostia limpia con algún desdichado agente social.
Niñatos horteras que desean compartir contigo el ruido inmundo que vomitan sus teléfonos a modo de melodía.
Criaturas maleducadas que patalean con furia respaldos y costillas.
Lectores con cara de mala ostia.
Cayetano Gea Martín
Pijas cuarentonas de tinte para el pelo rubio pepero con el corazón manchado de café y nicotina.
Tímidos jóvenes en proceso de abandonar el armario y que sueñan con horizontes más libres y con sexo griego, lejos de miradas opresivas.
Descerebrados racistas que propagan sus ideas a base de tópicos y de simpleza mental. Diría que ojala alguien les hiciera una lobotomía si no fuera imposible el que se quedaran más tontos aún.
Enormes boinas negras con ancianos pequeñitos dentro que disfrutan recordando horribles tiempos mejores y celebrando la fiesta / matanza nacional.
Pollitas y chochitos perfumados que van cogidos del vello púbico camino del éxtasis y de las danzas agresivas en locales oscuros.
Desafortunados conocidos que celebran el haberte visto mediante una conversación infructuosa acerca del libro que estás leyendo. O mejor dicho, que estabas leyendo.
Señoras con parientes presidiarios a los que visitar que le cuentan al de al lado cómo una vez se liaron a ostia limpia con algún desdichado agente social.
Niñatos horteras que desean compartir contigo el ruido inmundo que vomitan sus teléfonos a modo de melodía.
Criaturas maleducadas que patalean con furia respaldos y costillas.
Lectores con cara de mala ostia.
Cayetano Gea Martín
9 comentarios:
Lo las enormes boinas negras con señor pequeñito está muy bien: lo primero que se ve es el paleto, luego la persona que vegeta bajo el paraguas.
Ya te explicas por qué yo en el cine siempre pido la última fila.
Pues no, no es el cine... Pero cerca, vamos...
El metro, dir´´ia yo...
Tampoco, tampoco... Pero más cerca que mi progenitor...
¿Tal vez el shopping?... No hay muchos lugares donde vayan las cuarentonas con tinte rubio en el cabello...
En España está lleno de cuarentonas morochas arrepentidas... Y cuanto más de derechas, más abunda el tinte...
Ufa... me tiraste el argumento... En el micro? Bus? Bondi?... o como se le diga en España!
¡Una Morocha orgullosa!
Hubiera dicho que soy una negra peronista (¡ojo! Dije peronista y NO justicialista) que toma vino tinto en vaso plástico y come choripanes... pero me pondría en evidencia!
Me fui...
Mai,
Acertaste... ¡El autobús / bus / colectivo / urbano / guagua!
Ya sabes que en España tenemos menos racismo piloso que en la Argentina, más que nada porque cuatro de cada cinco españoles somos morochos... Vamos, que somos mayoría, jeje...
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