El libro que hoy me ocupa me fue recomendado por el tito José Luis hace ya algo de tiempo. Y he reconocer que me encanta y que es uno de mis libros favoritos.
Desmond Morris, zoólogo y etólogo inglés, dibuja en este libro un retrato zoológico y darwinista del Homo Sapiens. Desde que el hombre es consciente de su capacidad intelectual se ha ido apartando cada vez más de lo que es y sigue siendo: un primate sin pelo recolector y cazador, aunque a veces nos cueste reconocer y hacer las paces con nuestros instintos naturales.
A lo largo del libro, el autor explica determinados aspectos del comportamiento humano contemporáneo y su correlación con el instinto de supervivencia común a todos los seres vivos. Por ejemplo, las mujeres tienen los pechos más grandes que las otras primates hembras no por temas de nutrición si no para atraer a los hombres y favorecer la procreación, es decir, la supervivencia. O el por qué a los hombres, cuando llegamos a la adolescencia, nos empiezan a atraer olores y sabores amargos: no es más que un preparatorio evolutivo al ocasional olor almizcleño de las mujeres.
Mi ejemplo favorito es a qué se debe que la mujer sea el único primate hembra que tiene órganos capaces de provocar un orgasmo. Resulta que cuando nuestros antepasados primates comenzaron a andar sobre dos patas hacía falta un mecanismo que consiguiera retener a la hembra durante los primeros instantes posteriores a la eyaculación en posición horizontal, para favorecer así la fecundación. De ahí el orgasmo femenino y su subsiguiente relajación muscular por las endorfinas vertidas en el torrente sanguíneo. Me parece tremendo.
En resumen, en este más que recomendable libro de divulgación se nos permite descubrirnos, avergonzarnos y divertirnos con nuestra propia naturaleza, provocando una inevitable reflexión sobre muchos comportamientos y pautas culturales corrientes que ponen al descubierto las principales características de nuestra especie, los monos sin pelo.
Desmond Harris - El mono desnudo (1967).
268 páginas. 7,95 € en formato bolsillo.
Tribuna de Plaza & Janés (sociología).
Cayetano Gea Martín
Desmond Morris, zoólogo y etólogo inglés, dibuja en este libro un retrato zoológico y darwinista del Homo Sapiens. Desde que el hombre es consciente de su capacidad intelectual se ha ido apartando cada vez más de lo que es y sigue siendo: un primate sin pelo recolector y cazador, aunque a veces nos cueste reconocer y hacer las paces con nuestros instintos naturales.
A lo largo del libro, el autor explica determinados aspectos del comportamiento humano contemporáneo y su correlación con el instinto de supervivencia común a todos los seres vivos. Por ejemplo, las mujeres tienen los pechos más grandes que las otras primates hembras no por temas de nutrición si no para atraer a los hombres y favorecer la procreación, es decir, la supervivencia. O el por qué a los hombres, cuando llegamos a la adolescencia, nos empiezan a atraer olores y sabores amargos: no es más que un preparatorio evolutivo al ocasional olor almizcleño de las mujeres.
Mi ejemplo favorito es a qué se debe que la mujer sea el único primate hembra que tiene órganos capaces de provocar un orgasmo. Resulta que cuando nuestros antepasados primates comenzaron a andar sobre dos patas hacía falta un mecanismo que consiguiera retener a la hembra durante los primeros instantes posteriores a la eyaculación en posición horizontal, para favorecer así la fecundación. De ahí el orgasmo femenino y su subsiguiente relajación muscular por las endorfinas vertidas en el torrente sanguíneo. Me parece tremendo.
En resumen, en este más que recomendable libro de divulgación se nos permite descubrirnos, avergonzarnos y divertirnos con nuestra propia naturaleza, provocando una inevitable reflexión sobre muchos comportamientos y pautas culturales corrientes que ponen al descubierto las principales características de nuestra especie, los monos sin pelo.
Desmond Harris - El mono desnudo (1967).
268 páginas. 7,95 € en formato bolsillo.
Tribuna de Plaza & Janés (sociología).
Cayetano Gea Martín
7 comentarios:
Este libro es ya todo un clásico. Cuando salió en los años sesenta fue un auténtico bombazo. No hay que olvidar que aquí había una dictadura y el libro era muy atrevido para su tiempo. Todos los "progres" lo conocían y muchos decían haberlo leído y los varones estaban orgullosos al enterarse por el señor Morris que el hombre era el primate con el miembro más grande, aunque se solía atribuir esta cualidad falsamente al gorila.
Sí es cierto que aquí estuvo prohibido por herético (y mira que no veo yo nada irreverente en él, ni siquiera para toda la panda de retrógrados católicos)...
De todas maneras, los varones podrán estar orgullosos, pero no los españoles, cuya media es la menor de toda Europa...
Interesante libro, y debe serlo más, ya que lo recomienda el tito J.L.
Es cierto que el mayor tamaño del pene siempre se le ha atribuido al gorilla, graciosamente a un tema de masculinidad absurda, ya qué como el gorilla al ser el primate más fuerte, se le atribuía el pene más grande. Como si las dos cualidades fuesen de la mano.
También cabe recalcar el hecho de explicar un incremento en la toleración de los sabores amargos y fuertes, habrá sido un sistema de defensa que habrá evolucionado para compensar las diferentes tallas de los miembros viriles? Vaya uno a saber...
La verdad, en serio... Soy pedante. Lo siento. ^_^;
Alfie,
Es cierto: el tema que mencionas sobre los sabores tiene su explicación en el libro. A la mayoría de las mujeres les gusta el dulce a lo largo de toda su vida. Mientras que los hombres desarrollamos el gusto y la afinidad por los sabores dentro del espectro de lo amargo... Y eso responde a la reproducción: dado que el olor de los órganos reproductores femeninos suele ser almizcleño, es necesario que los machos nos sintamos atraídos hacia ellos... De ahí que la evolución nos dicte patrones olfativos en nuestra adolescencia... ¡Toma ya!
Ahora ya entiendo por que adoro los helados y por que no me como un rosco. Que cosas aprende uno
Ahí tienes la clave, Ten... No acaba uno nunca de conocerse a sí mismo, ¿ein? Mira a ver si puedes aguantar a comerte el helado con algo de glándula de ciervo almizclero por encima, a ver qué tal... Como bien dice la sabia esposa de Rocco Siffredi: "el ser humano tiene la capacidad de acostumbrarse a todo".
Buenas a todos.Pues por lo q leo creo q me perdi la oportunidad de darle credito al libro en cuestion..siento las faltas de acentos y demas virgulillas el teclado va como quiere,posee vida propia..bueno el caso es q cuando este libro cayo en mis manos,lo celebre ya q las dudas existenciales q tenia quizas ayudaria a comprenderlas.Pero sucedio lo inexplicable raro en mi,y es q despues de leer las primeras lineas cerre el libro de una forma implacable,y me quede pensando en esas poquisimas lineas leidas.decia al go parecido a lo siguiente.De las mas de 200 especies de primates q existen ,tan solo el ser humano es el unico q perdio su "plumaje".!!atiza!! seguidamente pense q no tenemos absoloutamente nada en comun con el resto de simios.No me decanto en absoluto por la version divina,pero me lleno de mas dudas aun..Como era posible semejante evolucion en el hombre,y como se quedaron atras otras especies hasta el punto de no evolucionar nada?. el caso es q hay me quede y ahy sigO,y seguramente el libro tratara sobre ello,no lo se.El caso es q creo q voy a intentar hacerme con el y por lo menos pasare algunas paginas.Gracias por la atencion.leyendo las opiniones me asalta otra duda....este libro va sobre los instintos masculinos y femeninos,o sobre la evolucion? ya no se en q jardin estoy ,Salud y Paz
Publicar un comentario