lunes, octubre 12, 2009

Susanna Clarke – Jonathan Strange & Mister Norrell


Mi primer recuerdo del libro que hoy me ocupa es el de mi amigo Javi relatándome a viva voz (con esa voz de barítono impresionante que tiene) pasajes del mismo. Cautivado por las historias que él me desgranaba con pasión, decidí comprármelo un buen día. Y en inglés. Mejor.

Y es que éste es uno de esos libros que yo no recomendaría leer en otro idioma: su lenguaje preciosista y clásico parece extraído de Dickens, pero con cierto regusto al norte de Inglaterra; acorde tanto con el cuándo como con el dónde se desarrolla la acción. Estilísticamente hablando, el libro es impecable: de la mejor prosa inglesa contemporánea que he podido leer en mi vida, con una riqueza de vocabulario tremenda, un sentido del humor muy fino y victoriano, un ritmo que va en aumento según avanzamos en el libro y, lo que más me llamó la atención en su día, los pies de página.

El libro está lleno de pies de página ficticios que hacen referencia a acontecimientos y a autores de libros que no existen. Al fin y al cabo, si escribes ficción, es una forma inmejorable de crear un trasfondo “real” para tu historia.

Pero vamos con la trama del libro en cuestión. Nos encontramos en el año 1806. Inglaterra se encuentra extenuada e incapaz de ganar la guerra contra Napoleón. Y, claro, ya no queda magia como antaño para favorecer a los ejércitos. Magos sigue habiendo, pero son teóricos de la magia, no prácticos. Hasta que un día se descubre la existencia de un mago real: el señor Norrell. Éste ofrece sus servicios a la corona inglesa para cambiar el decurso de la guerra. Pero pronto aparecerá un nuevo mago, Jonathan Strange, cuya magia será mucho más espontánea y sin necesidad de tener que estudiar toda la vida enormes y aburridos tratados como hace Norrell. Juntos al principio, enemigos más adelante, los dos magos involucrarán con su peligrosa magia el devenir de la historia. Por ejemplo, ante la imposibilidad de alcanzar Pamplona antes que el ejército francés, el duque de Wellington pide ayuda a Strange. Éste, ni corto ni perezoso, cambia de sitio la ciudad. Es más, Pamplona sigue estando hoy en día en un lugar que no le corresponde, pese a las protestas españolas.

Sé que habrá gente (otros no) que en cuanto oigan la palabra “magia” se les quitarán las ganas de leer este libro… o cualquier otro. Reconozco que a mí también me cuesta bastante. Pero con este libro, lo de menos es la magia. No es más que una excusa para que la historia avance. Y de qué manera. Menudo final tiene el condenado libro.

La verdad es que una novela fabulosa en todos los sentidos: por su ambición narrativa y por las historias extraordinarias que cuenta. Mezcla de fantasía e historia, de caballeros magos y personajes reales como el duque de Wellington, Jorge III o lord Byron, la novela plantea una versión alternativa de la historia de Inglaterra. Y el resultado es convincente, y el despliegue de personajes y aventuras hipnotiza al lector desde la primera página hasta la última.

Pero no es un simple libro para pasar el rato: es denso. Densísimo. Y cuesta. Como cualquier buen libro que se precie de serlo. A pesar del trasfondo mágico. Es, ante todo, un manual de estilo victoriano. Como dicen en el libro:

“-¿Puede un mago matar a un hombre por arte de magia? -le preguntó lord Wellington.
Strange frunció el entrecejo. Pareció que no le gustaba la pregunta.

-Supongo que un mago podría -admitió-; pero un caballero, jamás…”

Susanna Clarke - Jonathan Strange & Mr. Norrell
Editorial Salamandra
1.006 páginas. 24,90 €.


Cayetano Gea Martín



4 comentarios:

Cayetano dijo...

Cuando dices humor victoriano te refieres sin duda al fino humor británico de la época, larga o muy larga, de la reina Victoria, porque lo que es ella... tenía poco sentido del humor.
Besitos.

Kay dijo...

Por eso era Su Graciosa Majestad...

Anónimo dijo...

Me siento invitado a intervenir. Pese a que a través de estas líneas no pueda hacer uso de mi voz de barítono (:P), me siento obligado a abogar con entusiasmo por este libro. Es todo lo que tú has dicho. Sin lugar a dudas, una de las experiencias lectoras más gratificantes que he tenido.

Un saludo,

Javi

Kay dijo...

Ya decía yo que tardaba usted en aparecer por aquí... :P
Gracias por la propaganda: creo que la autora nos podría repartir parte de sus pingües beneficios...