I. Man on a mission
I'm a man on a mission and my deligence won't wait
¡Cuánta razón tiene el sacrosanto grupo germano! Por algo esta canción se ha convertido en mi arma santa favorita, en la espada de fuego que porto siempre antes de la batalla. Porque soy un hombre con una misión. Tengo la misión de exterminar el mal, cueste lo que cueste oh, santo Padre, de acabar con todos los impíos y blasfemos que me rodean. Por todas partes. Por todas partes el pecado, la vergüenza, la pornografía y la carencia de los eternos valores de Dios nuestro Señor. ¡Blasfemos! ¡Perjuros! ¡Rojos! ¡Masones! ¡Ateos!
Mankind has gone to a high extreme, to the dark side on the way
Y es verdad: Todo se ha ido al carajo. La humanidad se encamina hacia el olvido, hacia la destrucción final, oh, mi Señor. Y todo por culpa de ellos, ¡de ellos!, de los razonables políticos, científicos, ateos de mierda, perjuros y blasfemos, francmasones y sus valores ilustrados; sin saber que Dios está por encima de todo y que los castigará, oh, sí. ¡Todos ellos sentirán la furia y la ira divina! ¡La sentirán latir en mi pecho! ¡El Señor me ha elegido como su estandarte! ¡Sentirán el poder de Dios a través de mi propia mano mortal! Y lo haré como siempre, como vengo haciendo desde los últimos diez años: atacando sus focos neurálgicos, sus centros perniciosos. Hoy, por ello, he decidido coger el Metro. En él se encuentra el mayor número de pecadores que esta nueva Sodoma llamada Madrid puede ofrecer. El fuego de Dios purgará este bosque enfermo con Su fuego sagrado.
And the joyful saints will guide me on the onward fight that I take
Oh, Señor. Oh, mi Dios. ¡Y que me parece que la letra de la canción ha sido escrita pensando en mí! ¡Los santos y el Señor Eterno me guían en mi lucha sin final! ¡Contra todos estos demonios disfrazados de personas que me rodean aquí, en este vagón de Metro! ¡Oh, Santísima Trinidad, dame fuerzas! Míralos, oh, Señor, míralos y condénalos. ¡Condénalos! Se burlan de Ti, mi Señor. Se ríen de Tus valores eternos y se cagan en el amor que les diste. Defecan sus pecados en Tu palabra eterna y se sienten orgullosos por ello. ¡Oh, cómo deseo que sientan mi furia! Paciencia, me digo, paciencia. En breve. Calma. Obsérvales. Obsérvales. Y busca el más repugnante de todos.
Give us a chance to hate, before you kill us all
Mis ojos sufren por el espectáculo que se desarrolla inmisericorde ante ellos. ¡Qué tabernáculo del infierno! ¡Qué insufrible orgía pecadora! Todos los que me rodean son pecadores. ¡Todos y cada uno de ellos! Las mujeres impúdicas que enseñan sus piernas como si de vulgar carne se tratara. Los jóvenes que perforan con hierros su cuerpo… ¡Cómo si su cuerpo no perteneciera a Dios! Las parejas mayores carentes de cualquier tipo de pudor cristiano que se besan en público! Pero, oh, ¿qué ven mis ojos? ¡Oh, cómo es posible tanta blasfemia, mi Señor! ¡Oh, alabado sea el cielo! ¡Acabo de ver a mis dos próximos sacrificios! ¡Justo enfrente de mí! ¡Ya siento el sagrado hierro convulsionarse de divino deleite en mi bolsillo ante el inevitable derramamiento de sangre infernal. ¡Aleluya, mi Dios!
What we need right now, is a miracle on earth
Ahí están los dos: juntos y sonrientes, como las hienas dentudas que son. Una pareja joven, con el lustre de la juventud pecaminosa reptando por sus mejillas. Mira cómo sonríen, mi buen Dios. Míralos. ¿Y sabes por qué, mi Señor? ¡Porque están leyendo un panfleto subversivo! ¡Oh, Señor! ¡Es uno de esos inmorales tebeos japoneses! ¡Un repugnante libelo en el cual se insta a la juventud a vivir en pecado ignominioso, a practicar hábitos contra natura y a abrazar el nihilismo! ¡Oh, mi Señor, dame fuerzas! ¡Haz que no me desmaye de la impresión antes de poder administrar Tu justicia divina! ¡No lo permitas, mi buen Dios! ¡Dame fuerzas para incorporarme! Así, mi señor. ¡Se mi fuerza! Gracias. Así. Alzo el sagrado hierro, bendecido con la sangre de setenta vírgenes. Soy un hombre con una misión.
Amén.
II. Puta mierda
Joder, laostia, puta mierda de Metro de los cojones joderya. Metro de Madrid vuela. Poyas en vinagre. Se ve que eso no incluye a la puta línea 6 de mierda. Veinte minutos pacer cuatrostaciones. Manda cojones. Puto Metro de mierda puta mierda mierda. Si ej que sales de tu casa ies una mierda. Una mierda mazo mierda. Y tó por culpa del sunnormal de mi hermano. No podía haberme traío en coche no no podía. Justo se lo tiene que joder. Pace que lo hace aposta el retrasao mental. Es capaz el mu gilipollas. No te jodes como si no tuviéramos coche. Joder tener que viajar enel puto Metro como una puta maruja o como un puto enfemmo como este questá en frente mía mirándome con cara de puto salido. Y encima con su música de mierda a toaostia. Dan ganas de cagarse en su puta madre joder. Puto ruido ¿qué es eso? Suena como rock de mierda de ese. Pa que luego digan de los jóvenes. Mira el cabrón este calvo de mierda poniendo música puta música de mierda con su móvil de mierda como si viajara él solo como si fuera él solo en el puto vagón. Como la puta vieja de mierda esa que me dijo ayer en el bus que me levantara y la dejara sitio no te jode. ¡La mu vieja zorra! Si viene cansá del bingo que se joa. Yo vengo de currar tol puto día en el puto Ahorramás de loj cojones y vengo más cansá que la ostia. ¡Pos menudo cabreo de tre pare de cojones se enganchó la cabrona! Venga a cagarse en lo jóvenes y yo en su puta madre. Y la digo a ella a la vieja señora no me toque los cojones que aún se lleva una ostia por gilipollas. Y la digo señora cállese la puta boca o la meto el coño dentro de esa puta boca y me cago en su puta boca de mierda. La tía se quedó mazo de rallá. Y encima una mora de mierda de esas que van tapás hasta las cejas y que güelen a mora de mierda que paece que se cagan encima con esos trajes de mierda que paecen una puta sábana sucia me dice que no son formas de hablarle a una señora mayor. Y yo la digo que se meta en sus putos asuntos de mierda, que a mí ninguna mora de mierda güele-mal y tecermundista me tié que decir ná, que se vuelva a su puto país de mierda a vivir con los monos y que encima que viene aquí a robannos el trabajo a los epañoles que no me toque los cojones encima porque igual se gana una ostia que la mando a su país de mierda de la ostia que la meto. Joder, menudo cabreo, cojones me agarré. Un cabreo de la ostia jodé me la enganché mazo. Si ej que yo soy mazo de buena y saprovechan mazo la peña de mí pero cuando me tocan el coño joder, que me llevo por delante al que sea y a la que sea coño. Menos mal que tengo a mi Pedrito menos mal. Y menos mal que dijo dacompañarme en el Metro que si no no veas tú. Si ej que es un solete mi Pedrito. Míale que guapo está el jodío. Míale como lee su tebeyo. A mí me dan igual pero con verle felís me conformo. Joder cómo se lo nota el ginnasio. Stá de un bueno que rompe. Mazo de cachas sá puesto. Tan todas mis amigas babeando cuando lo ven. Joder pos es mío os jodéis perras de mierda jajajaja… Que se jodan que se mueran las hijas de puta de lanvidia que las da de que yo tenga un pibe tan cachas no como los suyos que paecen tós niñas de lo flacos questán, jajaja… Míralo a mi Pedrito. Ay que guapo es madre. Ay mi cari. A ver si este finde los hijos de puta de mis viejos se piran a ese pueblo de mierda donde van finde sí finde no y me lo puedo follar a mi Pedrito. Ay qué ganas tengo de que me folle a lo bestia como él sabe y de que me coma tol coño. ¡Muy hombre es mi Pedrito! De los que ya no quedan. Puta mierda.
III. I love New York
El vagón se mueve. Oh, sí, de nuevo. Tatatachán. Parece cosa de magia. Abracadabra. Parece que tenemos a Gandalf empujando por un lado y al otro ese que le imita (el mago tope baranda de esos libros del niño ese inglés de treinta años con una cicatriz con la forma del dragón de la espalada de Amaral en la frente, o algo así), a ver quién es el más poderoso, el más gay y el que tiene los cojones más grandes. Y por eso se mueve el vagón. Si lo sabré yo. Que también soy un mago.
Y aquí estoy. Aquí llevo ya un buen rato. Haciendo que leo el manga. Dando vueltas. Vueltas circulares a través de una línea circular. ¡El metro de Madrid es infinito! ¡La línea 6 no tiene principio ni fin! ¡Alabados sean Gallardón, la Espe, los dioses telúricos, el circo del sol, y el MOPU ese que no sé si ahora se llamará de otra forma! ¡Y benditos sean Borges y Cortázar, aunque se líen a puñetazos cada dos por tres! ¿Serán némesis de sí mismos? Hola, soy mi propia némesis. Qué gilipolleces se me ocurren.
Pero el caso es que me encuentro mal. Muy mal. Mal de mal, consuelo de nadie. Tan mal que empiezo a no poder soportar el tener que viajar con el puto loro hortera que se sienta a mi lado. ¿Cómo pude yo, en mi insano juicio, comenzar a salir con la niñata ésta? Y mira que hasta hoy, bueno, vale, es idiota pero soportable. Y la come bien (y eso es importante, diga lo que diga Rajoy al respecto, si es que dice algo al respecto, claro). Y no pide mucho a cambio. Una sonrisa por aquí, un cunnilingus por allá. Pero lo de hoy. ¡Lo de hoy no tiene nombre! Ahora lo suelto. Denme ustedes medio segundo, lo que tardan en comenzar a leer el próximo párrafo.
Resulta que mi novia, este cacho de carne de aquí, lleva una camiseta que reza “I love NY”, lo que traducido al idioma de Cervantes, Quevedo, Lorca, Umbral y demás maricas significa “Yo quiero a Nueva York”. Pero claro, la cosa no queda aquí. Resulta que a algún gracioso se le ha ocurrido la idea de tachar la N mayúscula en “NY” y convertirla hábilmente en una M. Y a continuación ha escrito en una tipografía repugnante “boyfriend”. De tal forma que el mensaje queda reconfigurado en “I love MY boyfriend”, o sea “Yo quiero a mi novio”. Ja, ja, ja… Qué divertido, ¿verdad? Es tan ocurrente y gracioso como los chistes de Los Morancos.
Pues resulta que ahora a todas las gilipollas que en Madrid son llevan una camiseta así. Las odio. Odio esa carencia de originalidad, como la última temporada de Prison Break. Todas las cretinas la llevan. Y se creen fashion. Y originales. Buah, tía, no veas. Y va la estúpida esta macarra de barrio que tengo por novia y se pone la misma. Y encima me implica a moi, en tanto en cuanto su novio, quiero decir.
No sé.
...
Creo que podría matarla solamente por ello.
Cayetano Gea Martín