...y no hubo terremotos, ni olas gigantes, ni eclipses, ni estallidos, ni luces de colores, ni mariposas, ni fuegos artificiales, ni manos sudorosas, ni músicas celestiales, ni vello erizado, ni bola en el estómago, ni garganta seca, ni pájaros trinando, ni brillo en los ojos, ni mudas exclamaciones, ni sonoros sollozos, ni cometas errantes en el cielo, ni carteles luminosos, ni eternidades, ni besos, ni palabras, ni gestos.
Pero se enamoró perdidamente de ella.
Pedro Garrido Vega.
2 comentarios:
Jo, Pedro, eres...
Y no hubo más que vida! quién desea otra cosa?
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