miércoles, diciembre 21, 2005

Carta al Hacedor (con permiso de Mariel)


Hoy alzo esta plegaria hacia ti, Supremo Hacedor. No sé si esta es la dirección correcta, si te llegará la misiva o la destruirás con gracia eterna antes de siquiera leerla. Como bien sabes, tus designios son inescrutables.

No sé por dónde empezar, ya que ni siquiera creo que existas, de ahí las dificultades que hemos tenido siempre para comunicarnos. Sumado al hecho de que nunca contestas mis cartas, las cartas que te he estado mandando estos años con agnóstica esperanza de respuesta.

En fin, quiero decirte que creo que tu existencia (aunque sea en la imaginación de algunos; que cada palo aguante su vela) es una tara para la humanidad, una esclavitud. No te ofendas. No lo digo con esa intención, bien lo sabes Tú. Sólo digo que las personas están acostumbradas a escudarse en ti cuando las cosas se tuercen, cuando sufren ellos u otros, o lo que es peor, cuando necesitan justificar sus malas acciones. Creo que deberías desaparecer del todo, eliminar tu influencia y permitir que la gente valore más esta vida porque, amigo, creo que es la única.

Ahora debo regañarte, aunque sé que no estás acostumbrado a ello. ¿Cómo dejaste que hicieran sufrir a tu chaval durante varios días? Deberían quitarte el carnet de padre, tío. Y lo que es más, si permitiste que le ocurriera eso, ¿qué no harías con nosotros?

Repito, no sé si te llegará esta carta. Creo que te salió tan mal la creación de la raza humana (no hay más que vernos recién levantados) que has tirado la toalla y huido a algún lejano plano existencial. Eso no se puede hacer, macho. Si la cagas, apechugas. Claro que si realmente estamos hechos a tu imagen y semejanza, lógico que fracases y te rindas: serás como nosotros pero omnipotente… Sólo de pensarlo me entra pavor.

Nada más, me despido de ti. No te mandaré más cartas hasta que decidas contestar las mías. Si no lo haces, tendré que dar por hecho que no existes. Creo que es mejor, eso sí, que no aparezcas. Porque si apareces después de todo lo que has hecho (o no hecho), joder, alguien debería pedirte explicaciones.
Cayetano Gea Martín

5 comentarios:

Martuki dijo...

Epa Kay! parece q es la época d las cartas, jejejeje, aunq la tuya no es pa pedir la última Barbie esquiadora, ni el Scalextric en el q se puede adelantar. Aunq no signifiquen nada para ti espero q pases buenas fiestas, y q acabes bien el año, pero q empieces aún mejor el siguiente. Un beso

Kay dijo...

Lo mismo digo, hermosa... Y que te vaya muy bien que te lo mereces...

...Y, eeeh, procura no comerte el tarro en demasía, ¿ok?

Un abrazote

Anónimo dijo...

Guau!
Una forma elegante de predicar el ateísmo, que yo sinceramente comparto.

A lo largo de la historia los dioses tenían/tienen la función de dar respuestas a lo inexplicable, el dios sol, la lluvia, la fertilidad, la siembra, etc...
A pesar de que muchas de esas incógnitas se han resuelto y en ningún caso tiene que ver nada con los dioses, todavía hoy en día hay gente que sigue enganchada a la adoración de dioses, santos y vírgenes, porque no hay respuestas a tan sólo 2 preguntas: ¿quien creó el mundo? y ¿qué pasa cuando alguien muere?
Por lo tanto me pregunto que pasará cuando tengamos esas 2 respuestas...

Carmen M.

Anónimo dijo...

La existencia o no de dios siempre me llevó a pensar en la inutilidad del pensamiento humano: milenios perdidos en una cuestión que por imposible de resolver no conduce a ningún lado. Eso sí, como montaje es irreprochable, habría que dar un beso en los morros al primer chamán que tuvo la feliz de idea de mantenernos entretenidos por los siglos de los siglos, amén.

Yo por mi parte hago caso de Krahe, cantando: "prefiero caminar con una duda que un mal axioma..."

Saludos cantarines

Kay dijo...

Estoy con el tito Krahe, por supuesto... Adoro esa canción, además...