sábado, septiembre 04, 2004

Reseñas Literarias: EL CÓDIGO DA VINCI

¿Qué más se puede decir de este alabado libro que no se haya dicho ya? Posiblemente, lo, para mí, más obvio: Lo rematadamente mal escrito que está. Creo que puedo decir, sin pecar de exagerado, que es el libro peor escrito que he leído jamás. Parece imposible, pero El Código Da Vinci consigue que Harry Potter parezca medianamente bien escrito. Para que se hagan ustedes una idea, su "estilo" literario va parejo a cualquier libro de Arturo Pérez-Reverte... terrible, ¿verdad?

Recuerdo, no sin cierto pesar, que en los comienzos de mi adolescencia leí ciertas obras que difícilmente podrían pasar por literatura: un par de libros de la Dragonlance, dos o tres de Elige tu Propia Aventura e incluso uno de Star Wars (droga dura)... Nada. Obras maestras comparadas todas con El Código Da Vinci.

En estos tiempos de globalización feroces que corren, todo occidente viste igual, viaja a los mismos lugares, escucha la misma música, va al cine a ver las mismas americanadas y lee la misma literatura basura. Así, te venden El Código Da Vinci como si el que lo leyera mucha gente fuera sinónimo de calidad, cuando suele ser justamente al revés. Y así, se impone la moda. Y así, todos los libros que la gente lee ahora son de conspiraciones eclesiásticas, que si no fuera porque el tema no me importa lo más mínimo y porque se basan en fantasías sin ningún tipo de fundamento, les encontraría algún tipo de aliciente.
La "historia" que Dan Brown, el "escritor" del libro nos narra gira en torno a Robert Langdon, experto simbiólogo, que junto con Sophie, nieta del difunto Jacques Saunière, miembro del Priorato de Sión, una misteriosa orden secreta que protege el verdadero secreto del Santo Grial, intentan descubrir dicho secreto mientras son perseguidos por el Opus Dei. La aventura comienza en el Louvre y termina también ahí, cuando Langdon, después de necesitar más de quinientas páginas para darse cuenta, descubre que el símbolo de la estrella de David, el símbolo judío que representa la perfecta unión del hombre y la mujer, es la revelación última del sentido del Grial, al simbolizar la unión entre Jesús y María Magdalena y el nacimiento de una niña, lo cual fue ocultado por la Iglesia eliminando para ello cualquier referencia sobre el tema de los Evangelios.

Podría resultar una historia de ficción (y además, ya contada y en clave de humor por Kevin Smith en Dogma), de muchísima ficción, medianamente interesante si no estuviera tan
rematadamente mal escrita y si los personajes estuvieran perfilados. Los personajes son huecos, vacíos, se expresan todos igual y no tienen personalidad ninguna. Las escenas son torpes y absurdas. El ritmo de la novela va a trompicones, según se le van ocurriendo más memeces al Señor Brown o se las va bajando de Internet. La descripción de los diferentes entornos es de chiste. Le explica al lector la arquitectura de una catedral como si fuera un Neanderthal que en la vida a pisado o a visto en el cine una iglesia (sí, muchos descubrirán acongojados que la mayoría de las iglesias y de las catedrales tienen forma de... ¡cruz! Oh, oh...). Las escenas que prepara con toda su buena fe para impactarnos con tremendas revelaciones eclesiásticas se convierten en ridículos trasuntos de Indiana Jones con Expediente-X...
En resumen, para mí, un libro totalmente despreciable en todos los sentidos, que no merece la pena el esfuerzo de leerlo ni mucho menos, el dinero para comprarlo.
Cayetano Gea

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buenas a todos. En primer lugar quería saludaros, pues al fin, conseguí visitar vuestra web. Como ayer acabe este librete no he encontrado mejor motivo para escribiros.

Logicamente todos esperamos que este tipo de literatura cree un impacto considerable en el mundo entero, ya sea por marketing, distribución o el tema que trata. La iglesia siempre atrae, y aunque tu resaltas que el tema no te importa lo más mínimo has caido como los demás.

A medida que las páginas ocultaban más y más mi mano izquierda, me acordaba de "la piel del tambor" (sí Reverte, ay!). Es fácil encontrar ciertos paralelismos entre ambos libritos: en primer lugar que Brown relata aveces la historia desde los ojos de sus distintos personajes, igualmente el transfondo eclesiastico que actua como motor de todo y como olvidarse de que ambos autores tienen como profesión principal el periodismo.

Es posible que los periodistas quieran actuar como escritores con el fin de evitar que su narrativa diaria cope los cubos de basura del mañana, pero siguen un patrón literario que dista mucho de los grades escritores.

Estos best-sellers tratan generalmente de historias atractivas, pero sin lugar a duda la forma de relatarlas es lo que les separa de las maravillas literarias.

Bueno, con esto me despido. Saludos segovianos y que sus la pique un pollo. besitos.

Kay dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, Mr. Anónimo... Aunque deduzco que te llamas Josué, ¿no?

Martuki dijo...

Bueno, no voy a entrar a discusiones sobre libros contigo xq no llegamos a ninguna parte más q a la mala leche, pero el primer párrafo d tu post parece escrito totalmente en mi contra!!! Joder, un poco d respeto pa los gustos d los demás!!! Jejejejejeje, ya me vengaré con Rayuela, ñej ñej ñej. Ale, a pasarlo charcutero!!!