Acabo de releer el último de Mendoza y, como siempre, me quito el sombrero que no tengo ante tamaño escritor. Tiene una de las prosas más rápidas, ágiles e inteligentes que se puede leer hoy en día en español. Y, en mi caso, la más contagiosa, ya que llevo dos semanas largas (sois testigos) que cada vez que escribo me sale el señor Eduardo por todas partes. Es que su peculiar mezcla de buen vocabulario mezclado con cachondeo me parece brillante, siempre me lo ha parecido, desde que conozco al barcelonés.
El libro en cuestión se puede englobar dentro de los humorísticos del autor, tales como Sin noticias de Gurb o El caso de la cripta embrujada. De hecho, el protagonista del libro, el tribuno romano de la orden ecuestre Pomponio Flato podría ser un pariente lejano del protagonista descacharrante de El caso de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas y La aventura del tocador de señoras (o mi trilogía favorita de libros).
El libro parte con la idea de ridiculizar a todas las ¿novelas? que con pretensiones ¿históricas? inundan las librerías y las mentes de los lectores menos exigentes. Básicamente, Códigos Da Vinci y semejantes, que van unos cuantos ya. En la historia, Pomponio viaja hasta Nazaret en busca de una fuente milagrosa para poder curar sus problemas intestinales. Al llegar, descubre que se ha cometido un asesinato. La víctima es el hombre más rico de la ciudad y el acusado un carpintero. El hijo de éste, un muchacho llamado Jesús, decide contratar a Pomponio para que esclarezca la verdad, al estar convencido de la inocencia de su padre.
El género es, obviamente, policíaco, aunque entreverado con sátira, novela histórica e incluso hierografía. Merece mucho la pena, aunque sólo sea por pasar un buen rato con un buen libro. Creo que cada vez que me encuentre deprimido voy a leer algo de Mendoza. Un momento, creo que eso es lo que hago ya. Cachis
Cayetano Gea Martín
lunes, enero 19, 2009
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9 comentarios:
Ummm tendría que discrepar, no me gustan las novelas pretendidamente históricas (ni aun cuando denuncien sarcásticamente su uso y abuso), no me gustan las novelas policiacas (me aburren también por uso y abuso) y no me gusta Mendoza desde los años 80...
Cachis.
Pero me gustas tú. Eso sirve, no?
Besos.
Marga,
Puessss... Nada, nada :)
Y sí, sí que sirve, sí...
Tú sabes que yo soy más de Javier Marías (maldito cabrón, que me hace aprender palabras nuevas).
Pero luego de tan efusiva presentación del libro, lo leeré ya que me resulta interesante.
Agur!!
¡Ah! ¡y me olvidaba! ¡A mí también me gustas tú! ¡Bombón!
Ay, Alfie, que pierdes aceitito...
Pues a mi si me gusta lo que me he leído de Mendoza.
Pero respecto mi opinión sobre ti...
¡Huy!pues yo tampoco soy fan de Mendoza, el tocador de señoras lo dejé ahí, por falta de interés, este hombre no logra engancharme.
Parece que hoy no has dado con el club de fans del señor Mendoza.
Menos mal que sí soy de tu club de fans...
Un abrazo.
Pues yo sí soy fan, hombre, para que no te quedes solo. Y a nivel nacional me cuesta encontrar a alguien contemporáneo que me enganche, la verdad. Lo hizo en su vida Marías, pero se repite mucho, y lo hizo Millás, pero ya no.
Siempre nos quedarán los clásicos.
Gracias, Ten y Pedro por no dejarme solo frente a las iras de Marga e Isa, jejeje...
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