lunes, enero 12, 2009

Autobuses… en direcciones opuestas… ¿o la misma?


¡Válgame el cielo y válgame el peso atómico del cloro! ¿Habéis visto los autobuses esos que llevan un cartelito con la leyenda “Probablemente, Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida”? ¿Y su consiguiente réplica “Dios existe. Disfruta de la vida con Cristo”?

Vale.
Esto me sirve de excusa para exponer algo que llevo toda mi pecadora vida opinando: me dan igual los de un lado como los de otro. Quiero decir, ¿quién coño puede afirmar una cosa o negarla? Bueno, el cartel nihilista por lo menos avisa que “probablemente”, es decir, no lo niega categóricamente.


Pero vamos al meollo, para mí, del asunto, Dejen ustedes de lado sus creencias o no creencias particulares y hagan un ejercicio a lo Descartes. ¿Qué intención persiguen ambas religiones? Hombre, aquellos que proclaman a voces la existencia de Dios, creo que sus razones, las terrenales, ya son conocidas. Básicamente, se trata de eliminar el libre albedrío para crear individuos zombies que no protesten cuando les extirpen el cerebro y pongan en su lugar un folleto de los testigos de Jehová, de esos que aparecen idílicas visiones del paraíso con leones retozando con niños sin comérselos. Es decir, lavar el cerebro y aumentar la clientela. Y más cosas de esas que a los rojos nos gusta decir en contra de la malvada iglesia católica, ¡uhhh! Qué bueno es tener siempre un enemigo a mano, ¿verdad?


Ahora bien, como soy un escéptico que te cagas, me pregunto: ¿por qué lo otro, es decir, por qué intentar convencer a la gente de lo contrario? Es decir, no creo en Dios, pero no hago campaña de ello. La verdad es que lo que la gente quiera creer me la trae al pairo. Entonces, ¿por qué intentar convences a la gente de ello? ¿Es que acaso es algo pernicioso el creer en Dios? ¿Me dejarían de hablar unos cuantos si me convirtiera al catolicismo? Mmm… Bien pensado, incluso puede ser una ventaja, pero divago, perdónenme.


He conocido muchos ateos en mi vida que defienden su ateísmo de una forma tan radical o más que monseñor Rouco lanzando espumarajos cuando alguien le susurra al oído “matrimonio gay”. Supongo que será igual que otros ámbitos. Prefiero mil veces tener una discusión política con mi amigo Antonio (el cual, entre otras cosas, es Guardia Civil y de derechas) antes que con algunos veteranos comunistas de mi partido, de esos de barba enorme y cerebro pequeño. Vamos, que se cagan en los fachas y resulta que son tan fachas como los fachas.


Ironías de la vida, vaya.


Por eso me está saliendo un artículo tan poco… fino, dejémoslo allí. Estoy harto de ustedes (no me refiero a ustedes, los que leen estos desvaríos, Zeus me libre, si no al grueso de la población, ya sabéis, ellos). Harto ya de los que defienden un credo o un estilo de vida a capa y espada porque en su puta vida se han molestado de


a) Conocer
b) Respetar
c) Contrastar

Y por eso les va como les va, y por eso pueden afirmar a grito pelado que los maricas son unos enfermos, que los curas son unos pervertidos sexuales, que las mujeres son inferiores a los hombres, que los creyentes son una panda de ignorantes, que los inmigrantes vienen a España a robar, que los policías son malos, que como aquí no se come ni se vive en ningún otro lugar, etc., etc., etc.; un, me temo, eterno etc.


Hartito me tenéis.


Cayetano Gea Martín


9 comentarios:

MalaVida dijo...

Pues sí, vivimos expuestos a los estereotipos, y me da que eso no va a cambiar. Yo soy atea, pero no me considero demagoga, aunque sí es cierto que me defiendo cuando se me etiqueta de un sinfín de cosas por serlo. Te posiciones donde te posiciones quedas sometido a una serie de prejuicios que son las etiquetas que acompañan al estereotipo, independientemente de que te caractericen o no.

Besos

Unknown dijo...

¡Gracias a Dios que soy ateo!

Es una frase que suelo decir mucho, pero que expresa perfectamente mi pensamiento.

Si bien hoy en día está de moda ser ateo (entre muchas otras cosas), yo siempre me pregunto si la gente sabe realmente lo que significa serlo (o creer en cualquier religión, me da igual). No se pueden decir semejantes palabras como si fuesen hueras, hay que fundamentarlas.

Como bien postula Cayetano, no se puede discutir (en el sentido bárbaro y optuso) con un ateo ni con un creyente. Por cosas menores, se hacen guerras.

Recuerdo una vez, entrar a una iglesia cerca de mi casa con un amigo creyente, y éste en el úmbral me dice: -me puedes esperar afuera si quieres-. Estereotipo barato y vil. El hecho que sea ateo no me hace alérgico a una iglesia, mesquita o templo. Me encanta apreciar, escuchar y ver. Siempre entrar en una iglesia católica, me quedo apreciando la arquitectura, veo la gente como es devota y disfruto mucho del rito, como disfruto de un bar mitzva y de una cermonia del té.

Como de costumbre, no hay que dejar que nuestras posturas en la vida nos cierre el espíritu crítico, ni nos haga imbéciles cínicos a la hora de aprender y absorber conocimiento, sea cual sea. Después de todo el hombre, es una esponja.

Entre más estemos abiertos a escuchar y a aprender la idiosincracia de los demás, menos nos pelearemos y hasta podemos descubrir cosas interesantes.

Después que cada uno piense lo que quiera.

Saludos

P.S.: Por cierto, los extranjeros somos todos malos que le venimos a robar a los españoles!!!

Kay dijo...

MalaVida, estoy muy de acuerdo:
Al final nos encanta etiquetar constantemente, y eso, como bien dices, conlleva una serie de prejuicios casi siempre.
¿Qué le vamos a hacer? Habrá que intentar pasar de aquellos que nos intentan encasillar para que cuadremos en su simple esquema mental.
Besos y gracias!

Alfredito, buen discurso :)


Ah, Alfie y yo hemos abierto un blog, by the way:

http://slavl.blogspot.com/

Margot dijo...

Curioso, hemos coincidido en tema aunque tratado de distinta forma... a mí es que me hace gracia la publicidad de marras, qué le voy a hacer!! Harta de cruces, aunque no sean gamadas, y merchandisin virginal o jacobeo... qué quieres... que eso, que me hace gracia.

Aunque me importe un rábano lo que unos y otros opinen acerca de dios y la mona chita, también es cierto.

Sonríe, que estás tú muy susceptible, jeje.

Besos mil.

Pedro Garrido dijo...

No te pongas tan susceptible. La idea surgió en Inglaterra porque allí abundan los anuncios en autobuses sobre las distintas iglesias tratando de captar fieles. Esta era una forma graciosa (para mi gusto, claro) de decirles que otros también pueden hacer lo mismo pero en el sentido opuesto. Lo que no me parece bien es que se critique el que algunos defiendan la no existencia de Dios en un autobús pero no se critique la publicidad de las distintas iglesias en los mismos.
Y, como dices, creo que el anuncio de los ateos es algo más light que el de las iglesias pues, por un lado introduce esa plabra "probablemente" que siempre deja un resquicio a la duda y por otro lado, no da ninuna pauta sobre cómo debemos vivir, sino simplemente nos dice que disfrutemos. No creo que eso pueda ser ofensivo para alguien.
¿Extremistas? Claro, en todos lados, pero esos son minoría.
Yo no tengo nada en contra de que la gente crea en Dios. El problema es cuabndo tratan de incorporar sus creencias de forma solapada en la sociedad y creencias basadas en la fe (que no en hechos demostrables) les sriven para argumentar sobre el matrimonio homosexual, las células madre o la vida en pareja. Eso es lo que no estoy dispuesto a permitir, proclamo.

Joder, qué discurso.

Unknown dijo...

Al final queramos o no, terminamos en discursos... Encima a mí, no sé porqué últimamente se me dan como nada... A ver si me fichan en algún partido político para que les haga los textos...

Kay dijo...

Marga, en eso difiero, que a mí no me hace gracia, aunque esté de acuerdo con ellos. Joder, no creo en Dios tampoco, pero no lo publicito. Tendemos las izquierdas a disculpar comportamientos que en otros criticamos porque son afines a nuestra forma de pensar... O algo así, no me hagas mucho caso, que son las once y no me he tomado el café aún :P
Besos en diferido

Pedrete,
Ya sé (y estamos de acuerdo) lo que opinas sobre la interferencia de las creencias en la vida pública y privada de la sociedad. No puedo estar más de acuerdo.
PERO (y es un gran pero), tampoco me parece bien lo contrario. "Disfruta de la vida". ¿Qué coño significa esa frase? ¿Quiénes son esos, los que sean, para sentar también una pauta de comportamiento? ¿En qué modelo ético se basan? ¿Qué cultura milenaria han heredado para que me digan cómo tengo que vivir mi vida? Ya te lo he dicho muchas veces, no creo que la no creencia haga a la gente más feliz o más infeliz. A veces, muchas veces, lo que produce en la sociedad es un vacío ético difícil de llenar.
Joder, toma discurso también :)

Alfredito, no te metas en política, que ya sé a qué lado tirarías, mamonazo :P

¡Y entrad en el nuevo bloooog!

http://slavl.blogspot.com/

Pedro Garrido dijo...

Yo no veo que traten de sentar ninguna pauta de comportamiento disfruta de la vida. No te dicen en ningún momento en cómo hacerlo. Yo creo que a cualquiera le gusta disfrutar de la vida. Unos lo hacen sentándose en su casa de lante de la televisión, otros se tiran en paracaídas y otros/as se tiran a todo lo que pueden. No creo que ·disfruta de la vida" sea un mensaje con segundas de ningún tipo. Y si quieres amargarte pues hazlo también (y, de hecho, amargándote será como disfrutes de tu vida".
Veo demasiado quisquillosismo por tu parte (hala, ya tenéis algo con lo que empezar en vustro blog, jeje).

Kay dijo...

¿"Quisquillosismo"? Mmmm...