El camino no lleva acaso a nada, quizá a Roma y no todos, sólo algunos, los viejos, los escondidos, los bélicos.
El camino no lleva al amor, aunque a veces éste se nos cruce en medio del camino. El camino suele alejarse de él, le huye como la peste, sabe que una sola gota de amor diluye la senda y nos aparta de la tranquila vereda hacia un mundo de sufrimiento y pérdidas, de frustraciones y de miedos.
El amor no te guía cuando estás subiendo la montaña, cuando crees alcanzar la cima, a rozar la sabiduría y la divinidad con la yema de los dedos.
El amor te amotina la sangre, te revuelve el estómago, te hace recordar tu mortalidad. Durante años has intentado mantenerte estable, en paz y sano… Un solo instante de ventear amor y todo tu sistema de valores se derrumba cual castillo de naipes.
El cazador se esconde tras la vereda. Cruzó el ciervo. El cazador le rellena la cabeza de plomo. El cazador suelta el rifle. Se acuerda de que nunca ha amado.
El amor es la clave... para creer.
Cayetano Gea Martín
3 comentarios:
El amor es la clave de la felicidad, pero creo que más que hacernos sentir mortales nos permite vivir en una nube. :)
Ja, ja, ja...
Sí, así es... Ni más ni menos... ;p
Si no fuera porque creo en el amor, hace tiempo que me hubiera cortado las venas, jejeje...
el amor es la clave
la felicidad son sòlo momentos...hay que tratar de que sean muchos
pero coincido contigo en que produce tanto miedo y dolor como placer.
que es eso de jur jur jur?
es una risa Borgiana?
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