lunes, diciembre 27, 2004

Reseñas Literarias: HISTORIA DE UN NÁUFRAGO

En mitad de una tempestad un barco de guerra pasa por grandes dificultades, y varios hombres caen al agua, sobreviviendo sólo uno de ellos. Nuestro protagonista es, pues, un náufrago. Esta palabra inmediatamente nos evoca a un héroe del mundo desarrollado que logra vencer a la naturaleza; primero, escapando de la muerte al llegar a una paradisíaca isla, burlándose del destino y de las leyes de probabilidad; y en segundo lugar, teniendo la desfachatez de conseguir una vida confortable con grandes dosis de ingenio y años de experiencia, tirando por la borda innumerables estudios antropológicos de poblaciones humanas en condiciones adversas.
Que un marinero de la armada colombiana, un soldado, un funcionario al fin al cabo, pase por esa extraordinaria experiencia no es algo que deba pasar al olvido según el correcto juicio de políticos y líderes de opinión, además de apartar de los ojos del pueblo otros problemillas sin importancia. Si hay acontecimientos que tiendan una espesa cortina de humo sobre temas de mayor trascendencia, aunque farragosos y en teoría insondables, mediante aquello que los profesionales denominan crónica de sucesos y de vida social, es una obligación por el bien del interés general darle todo el apoyo y publicidad necesarios para dicho fin.
Y una vez convencidos todos de que el hombre es capaz de acoplar el entorno natural a su deseo y necesidad con un poco de motivación, de que a las adversidades se las vence con el valor que proporciona la condición humana, llega un periodista con una crónica, publicada por capítulos en un periódico, y nos desmonta la supuesta superioridad de la especie humana a las pruebas que imponen los dioses: ni control, ni ingenio, ni valor, ni siquiera tempestad.
Y desde ese momento, el héroe pierde su condición semi-divina, porque los auténticos modelos a seguir no sufren accidentes, ni son victimas de la chapucería humana ni de la corrupción gubernamental; ¿no estábamos hablando de someter a la naturaleza salvaje? Lo que antes era ensalzado, ahora es humillado; y aquellos que auparon al guerrero, ahora lo critican, cuestionan y ningunean.
Lo único verdadero es que para salir bien parado de experiencias a vida o muerte no basta con sobrevivir más o menos entero, sino hacerlo de la manera que todos esperan, es decir: ser políticamente correcto.
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Gabriel García Márquez nació en 1928 en Aracataca, Colombia. A los diecinueve años se instala en Bogotá y comienza sus estudios de derecho, que abandona por hastío hacia una carrera que terminó aborreciendo. Tras encuentros con periodistas e intelectuales, García Márquez encuentra su hueco comenzando a escribir para un periódico. Esta época coincide con el inicio de su carrera literaria con “La Hojarasca” donde ya apuntaba su calidad como narrador. A esta novela se han unido otras como “Relato de un naufrago”, “Crónica de una muerte anunciada”, “El otoño del patriarca” o “Cien años de soledad”, novela insigne de su obra que tardó veinte años en escribir y que le empujó definitivamente al premio Nóbel de literatura en 1982. Defensor del buen uso del castellano y comprometido con los movimientos de izquierda, ha recibido innumerables críticas y presiones por sectores conservadores, lo que no le ha impedido estudiar estilos de diversas fuentes como la literatura hispanoamericana precedente, Faulkner, Hemingway y relacionarse con escritores e intelectuales de distintos orígenes e ideologías, como el políticamente conservador Vargas Llosa.
Ignacio Hernández

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