martes, septiembre 18, 2007

Kamadeva

¿Sabes? Nunca te dediqué ni una línea, pero, eso sí, haces que mi vida sea peor tanto si estás como si no. Tienes el don de lo efímero, la cualidad del aire contaminado y la cadencia de los rumores, de los chismes que cuentan las señoras con bata, esas vecinas oportunas a las que siempre entrevistan por televisión cuando ha habido un asesinato en su bloque. Una familia normal, suelen decir, nada hacía sospechar que él fuera un pedófilo homicida, o algo semejante. Nunca nadie lo ve venir, ¿eh? Es como sí la maldad fuera una mera sombra, un reflejo de aceite bajo la sospecha de paraguas negros ondeando en los cementerios.

Tu sabes mucho de crímenes, ¿no es cierto? La rutina gris del asesinato no es que te sea desconocida, oh, no. Nada de eso. Más bien lo contrario. Casi se podría decir que lo promueves, que sabes cómo hacer que alguien se sienta tan especial que la idea de dejarse llevar por la frialdad de un arma le parezca una opción válida. O que los desesperados y los violentos descubran de repente que tienen nudillos al comienzo de sus dedos y que sepan cómo utilizarlos.

También consigues arrancar palabras huecas de los corazones perdidos, como el mío, esa masa de carne estriada a la que cada día le cuesta más cumplir con su función principal y biológica, así que imagínate la otra, la poética. Está complicadilla la cosa. Como dice el chiste, de follar ni hablamos, ¿no? Vaya.

Claro que estás licenciado en ruido y en furias, o en desolador silencio. Te amoldas bien, ¿eh? Qué gran capacidad de adaptación has tenido siempre, cómo inspiras sonetos oscuros lorquianos en el alma del poeta, o endechas épicas en el alma de los condenados a sufrir por tus caprichos

Y cómo dueles aquí dentro, cómo manejas mi desamor, amor.
Y sin embargo te quiero, cupido desenfrenado.
Gracias a ti, amor, se me permite amar.


Cayetano Gea Martín



Ayúdame si me ves
Convertido en lo peor
Te buscaré donde estés
Antes de que ya no vuelva a ser yo

Morti - No todo está perdido


5 comentarios:

DaliaNegra dijo...

Ya me da vergüenza repetirme.Pero ¡qué bueno eres!!!Besos,Kay:)***

Kay dijo...

A mí también me da vergüenza repetirme, pero ¡muchas gracias por elogios! ;)

Besos agradecidos

Isabel Segura B. dijo...

Me preocupa tu obsesión por las vecinas con bata, y esos instintos asesinos que nunca afloran en la piel...¿no estarás pensando en al go drástico?
Un placer, como de costumbre, disfrutar de tus letras a pesar de ese dolor que sobrevuela la tinta de tus días de desamor.
Saludos.

Kay dijo...

ISA: Las vecinas con bata son una imagen algo descorazonadoras, ¿no? También me provoca mal rollito sus maridos con bigote, chándal del Atlético de Madrid y cigarrito en la boca... Qué costumbrista estoy, ¿no? ;)
Gracias por los elogios...

PD: Casualidades de la vida, en este momento me encuentro enamorado y muy feliz... Es el mejor momento para escribir sobre el dolor: cuando éste se encuentra lejos, jeje...

Isa Segura B. dijo...

En ese caso, mucho mejor (espero que no sea deuna vecina embatada, que los bigotones suelen ser celosos sin remisión)
Saludos felices por ti.