Tirar a la basura lo nuevo, lo brillante, lo pulido, el jolgorio propio de aquellos que sólo viven para ello, dar marcha atrás y enterrarse en la memoria, en los recuerdos de tiempos pretéritos, de caricias de velo ajado, del olvido del presente y de la negación asustada de un futuro de certera cercanía; arrodillarse de nuevo ante el altar de siempre y temer por la muerte y el olvido, intentar creer, tarde ya, desesperación de perpetuidad, sumido en el olor de antaño, en la maldición del dominó, las zapatillas de felpa, las batas, los capilares, las calvas, los huesos, las varices, y el pensar que importa más lo que no se hizo en su día que lo realizado; morirse de pena por las oportunidades perdidas, por las palabras muertas en la boca, por la condena de las telarañas.
Cayetano Gea Martín
2 comentarios:
Sólo hay que mirar atrás lo justo, ni un milímetro más, para poder mirar el camino que tenemos delante y que debemos recorrer: a Santiago de Compostela, 790 km.
Como ves, he pillado un ordenata en tierras navarras.
¿Tanto de Navarra a Galicia? Parece que el norte de España no es tan largo, ¿eh?
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