sábado, febrero 28, 2009

Siempre vuelve Bioy.


Adolfo Bioy Casares (Buenos Aires, 1914- Buenos Aires, 1994) es un desconocido para el gran público pero no para cualquiera que se haya acercado aunque haya sido de forma tangencial a la obra de Borges. En mi opinión, si Borges es legible es gracias a la influencia de Bioy, que siempre renegó de estilos ampulosos. No en vano Bioy afirmó que Borges describió la trama de La invención de Morel como perfecta para que el estilo, que no agradaba tanto a Borges, quedase difuminado tras la contundencia de esa afirmación.
Bioy escribió la primera y posiblemente la mejor novela fantástica de Latinoamérica: La invención de Morel. También escribió el que es, en mi opinión, uno de los tres mejores cuentos escritos en el siglo pasado (no citaré los otros dos para no pillarme los dedos): En memoria de Paulina. Escribió otras novelas recomendables como Diario de la guerra del cerdo, Dormir al sol o Plan de evasión pero que no se acercaron ni por asomo a la obra de relojería que es La invención de Morel donde ni una sola de sus oraciones es baladí. En sus Memorias (Tusquets, 1994) Bioy afirma que escribió La invención de Morel más como un proyecto de eliminación de errores que de adición de nuevas formas o técnicas. Su idea era la de escribir al menos un libro bueno tras una serie de fracasos en forma de seis novelas más que olvidables.
No le faltaron amigos a Bioy. El más importante, Borges, con el que escribió varios libros de forma conjunta (cada uno escribía una frase), realizó algunas selecciones de obras fantásticas, líricas y policíacas (una pena que nadie se arriesgue a editar de nuevo estas colecciones), así como anotaciones de libros, traducciones y algunos prólogos. Pero fue amigo también de Octavio Paz, Rodolfo Wilcock, Ítalo Calvino o Julio Cortázar (gracias a éste conoció a Vargas Llosa durante una cena en París).
Bioy escribió algunos cuentos que merecen formar parte de cualquier antología. Entre ellos el ya mencionado En memoria de Paulina, El gran serafín o La trama celeste. En mi opninión, al igual que Cortázar, Bioy era mejor cuentista que novelista pero, del mismo modo que Cortázar, escribió una novela que ocultó de algún modo esa clara diferencia entre sus escritos breves y largos.
Bioy se casó con Silvina Ocampo, muy buena cuentista y poeta (me resulta extraño emplear esa rara palabra, poetisa) y abnegada mujer que tuvo que soportar con resignación las infidelidades continuas de su esposo.
Aún así, en las Memorias de Bioy tal vez lo más interesante sean sus palabras sobre Borges, alguna que otra anécdota (no le importa reírse de sí mismo, algo no muy habitual en las autobiografías y que yo agradezco profundamente) y la existencia de un cuento que ahora me obsesiona y que Bioy jamás terminó titulado Irse y que Borges calificó, cuando Bioy le reveló su trama como el mejor cuento del mundo.

jueves, febrero 26, 2009

Pasado imperfecto



Cuando los versos se combinan tristes
Empiezo a caminar sin rumbo fijo
Soy árbol sin ramas, padre sin hijos
¡Un devenir de noches futuribles!

Las filfas imperfecciones devoran
La carne de los justos perdedores
Que mueren solos entre estertores
Vomitando hilillos de alma a deshora

¡Pasado que invalidas el presente!
¡Sísifo que destilas mi veneno!
Las horas vacías flotan perdidas

En el altar de rituales inertes
Mora el pasado en posos de etileno
A consumir el ahora al compás de mi vida


Cayetano Gea Martín


domingo, febrero 22, 2009

Francisco Ayala sobre los lectorales actuales


Hace poco me leí un libro de Francisco Ayala cuyo contenido consistía en varios artículos y disertaciones sobre el Quijote que el laureado escritor había ido escribiendo a lo largo de su centenaria vida. En este volumen viene incluido su discurso en la recepción del Premio Cervantes en 1991. Extraigo de él el siguiente párrafo, el cual me parece bastante esclarecedor:

Este pasaje del Quijote (el capítulo en el cual el cura y el barbero deciden quemar todos sus libros de caballerías y clausurar el cuarto de lectura) hace pensar en las condenaciones, trabas y vetos que tradicionalmente han solido imponer quienes se consideran autorizados para proteger al prójimo de los supuestos peligros de la lectura; pero hoy, cuando dichas restricciones pueden darse por desaparecidas en la sociedad actual, otros nuevos obstáculos, y de eficacia tanto mayor al no al no ser de índole coactiva, nos amenazan. Aludo, claro está, al progreso pujante e irresistible de los medios de comunicación audiovisual, cuyos servicios han sustituido, tanto para la información como para la recreación de las grandes masas, al recurso de la palabra escrita. Por su causa, las gentes abandonan la práctica de la lectura.


Cayetano Gea Martín



jueves, febrero 19, 2009

Moraleja inútil (o mal soneto)




Me decía Shakespeare ayer por la tarde
Que la vida es una ponzoña eterna,
Y yo, por no parecer un mero cobarde
Le rebatí con furiosos anatemas.

“Confesémonos, maestro, y aceptemos lo bello”
Dije yo, y él, airado, me respondió petulante:
“Te juro, oh tú, ibero torpe, por mi sello,
Que al no ser Quijote te quedas en Rocinante”

Me zahirieron sus palabras altivas,
Pero agaché las orejas y cerré la boca.
Y resignado, volví a ocuparme de mis asuntos.

Moraleja inútil para una sana y buena vida:
Aunque creas que en algo no te equivocas,
No es aconsejable discutir con los difuntos.


Cayetano Gea Martín


lunes, febrero 16, 2009

Consejos sobre el arte de escribir cuentos, por Bolaño.

Como ya tengo 44 años, voy a dar algunos consejos sobre el arte de escribir cuentos.
1. Nunca abordes los cuentos de uno en uno. Honestamente, uno puede estar escribiendo el mismo cuento hasta el día de su muerte. 2. Lo mejor es escribir los cuentos de tres en tres, o de cinco en cinco. Si te ves con energía suficiente, escríbelos de nueve en nueve o de quince en quince. 3. Cuidado: la tentación de escribirlos de dos en dos es tan peligrosa como dedicarse a escribirlos de uno en uno, pero lleva en su interior el mismo juego sucio y pegajoso de los espejos amantes. 4. Hay que leer a Quiroga, hay que leer a Felisberto Hernández y hay que leer a Borges. Hay que leer a Rulfo, a Monterroso, a García Márquez. Un cuentista que tenga un poco de aprecio por su obra no leerá jamás a Cela ni a Umbral. Sí que leerá a Cortázar y a Bioy Casares, pero en modo alguno a Cela y a Umbral. 5. Lo repito una vez más por si no ha quedado claro: a Cela y a Umbral, ni en pintura. 6. Un cuentista debe ser valiente. Es triste reconocerlo, pero es así. 7. Los cuentistas suelen jactarse de haber leído a Petrus Borel. De hecho, es notorio que muchos cuentistas intentan imitar a Petrus Borel. Gran error: ¡Deberían imitar a Petrus Borel en el vestir! ¡Pero la verdad es que de Petrus Borel apenas saben nada! ¡Ni de Gautier, ni de Nerval! 8. Bueno: lleguemos a un acuerdo. Lean a Petrus Borel, vístanse como Petrus Borel, pero lean también a Jules Renard y a Marcel Schwob, sobre todo lean a Marcel Schwob y de éste pasen a Alfonso Reyes y de ahí a Borges. 9. La verdad es que con Edgar Allan Poe todos tendríamos de sobra. 10. Piensen en el punto número nueve. Uno debe pensar en el nueve. De ser posible: de rodillas. 11.Libros y autores altamente recomendables: De lo sublime, del Seudo Longino; los sonetos del desdichado y valiente Philip Sidney, cuya biografía escribió Lord Brooke; La antología de Spoon River, de Edgar Lee Masters; Suicidios ejemplares, de Enrique Vila-Matas. 12. Lean estos libros y lean también a Chéjov y a Raymond Carver, uno de los dos es el mejor cuentista que ha dado este siglo.

domingo, febrero 15, 2009

Sobre Madrid (catálogo de habitantes tremendos)



El mundo estaba tan en contra de él, que decidió comprarse un sombrero de copa en el mercado de Fuencarral, de esos que pusieron de moda Sabina, Bunbury y demás canallas de estómago agradecido. Ahora se sentía completo y reivindicado. Ya podía salir por Malasaña sin que sus colegas bohemios y crepusculares de universidad privada lo miraran mal.

* * *

El asfalto crujía como la tapa de un ataúd podrido bajo sus góticas botas. Sus góticos ojos pintados de gótico negro escudriñaron al resto de los patéticos seres humanos que lo rodeaban, incapaces de ver, no como él, que la vida era muerte. Insectos inmundos de una sociedad podrida. Hastiado, dirigió sus góticos pasos hacia su gótica casa, donde su madre lo esperaba para la gótica cena.
PD: Mamá, ¿está planchada ya mi gótica ropa?

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¡Brincan! ¡Saltan! ¡Hablan raro y cantan peor!, ¿qué es? ¡Vamos todas, todos a escuchar lo último de Tokyo Hotel! ¡Con los bichos raros "hemos" topado, Sancho!
Instrucciones: Consumir antes de los diecisiete años.

* * *

Si es que tengo razón. El maldito Zapatero está destruyendo a las familias católicas. ¿Dónde se ha visto que un invertido se case? ¡Sólo faltaría ya que pudieran adoptar! ¿Qué será de la familia como institución indispensable para el establecimiento de la sociedad y la perpetuación de los eternos valores cristianos? Aparta, estúpida, que me tapas la tele.

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Yega al lokal. Sabre 1 virra i se sienta kon sus 2 amig@s a fumarse algo vueno q le pasa el afgano dl servizio sozial. Se veve otra i komentan sovre anarkia i eso. Luego otro tronxo i a ver a la peña a la kalle donde stán alojad@s. Allí + zerveza i + anarkia. Se lo monta con la Vasilia en un portal. 1 puto vurgues les da la xapa x eso. Leskupen i se piran. 1 karton de vino i una bolsa kortezas. Pasa el resto del dia con + anarkia i + luxa sozial asta q se kae del pedal q yeva.

* * *

No entiendo el porqué, pero la gente me deja el camino libre en cuanto me ve llegar. ¿Será por mi melena infernal? ¿Serán por mis parches de los Maiden? ¿Será por mis cuernos que ondean al viento cual estandartes del verdadero Metal? ¿Será por mi aliento de dragón negro sobrevolando las cumbres de la libertad? ¿O será porque hace veinte días que no me lavo mis jebis y sudorosos huevos porque no me puedo quitar los pantalones ajustados?

* * *

Hombre, me agrada que me haga esa pregunta, joven, sobre todo tratándose de un tema tan delicado como es el que me plantea usted. Yo soy de la modesta y, quizá, impopular opinión de que a los inmigrantes habría que meterlos a todos en un barco y dejarlos en la primera costa africana que se aviste. ¿Radical, me llama usted? Sepa, caballerete, que nuestro barrio era un lugar pacífico y modelo hasta que se nos llenó de chusma foránea: rumanos, africanos, moros, sudamericanos, rusos… Madrid está imposible. En Valladolid, donde yo nací, estas cosas no pasan.

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Bf yaves tia. L flips. Ayr l mando 1 sms y m diz k no cntrol nad k m rya, sbs. K s pir si s 1 crio k no sbe na. Yaves. Mñn ntncs a ls 6 n Kapi. A, tia, yaver si scrbs mejr ts sms k no mntero nunk d nad.


Cayetano Gea Martín


jueves, febrero 12, 2009

La entiendo


Y ella venga a insistir, venga a querer más, y yo sin poder hacer nada más que temblar, temblar y casi al borde del llanto, cansado, mortalmente cansado, como sólo se puede estar cuando eres viejo. Y yo soy viejo, muy viejo, demasiado para proezas sexuales. Claro que ella también lo es, pero parece que aún tiene energía para rato, que aún le dura el fuelle y las ganas de pasárselo bien. Me resulta patético. Mi padre me dijo, cuando él era ya muy mayor y yo ya un hombre maduro, pero no viejo, que el sexo en la tercera edad puede ser hermoso, que se cambia fuerza y pasión por cariño, por besos, por comprensión en las miradas. Pero esta mujer, esta vieja conocida mía no quiere nada de eso. No para de pegar botes mientras yo cierro los ojos y procuro pasar este suplicio lo antes posible, este via crucis personal e intransferible, quizá el último de estas características en mi gastada vida. Ya no tengo edad para estas cosas. Soy viejo, viejo y feo. Mi piel parece un mapa de carreteras amarillo por el sol, por pasar demasiado tiempo cociéndose a fuego lento en la bandeja trasera del coche. Mi cuerpo es feo, siempre lo fue, y ahora aún más, y mi aliento es pútrido por la carencia de dientes sanos. Me repugna cada vez que veo mi reflejo en el espejo, y por eso procuro no hacerlo, como si fuera un vampiro voluntario. Pero a ella no parece importarle, no. Sigue golpeándome y apremiándome y venga y más y toma, viejo chivo. Me pareció buena idea al principio: volver a ver a una vieja amiga, después de casi treinta años, el tomarme un café y disfrutar de una buena conversación en compañía femenina. Es todo lo que pido. Es todo lo que quiero. Me rejuvenece: me hace recuperar ciertos rescoldos fríos de lo que fui. Cuando sugirió que fuéramos a su apartamento a tomarnos una copa me encandiló la idea de pasar una tarde con una mujer, como en los viejos tiempos. Luego ella comenzó a besarme y en un segundo, no sé cómo, me encontraba desnudo y muerto de vergüenza; un viejo a punto de ser violado por una vieja. Es patético. Ella me resulta patética, pero puedo llegar a entenderla. Incluso ahora, sumido en mi dolor y en mis ganas de llorar, la entiendo. Entiendo las ganas de seguir sintiéndose uno vivo, de engañar a la muerte por unos días más. Porque ella tampoco lo está disfrutando, eso es obvio. Y sé que siente el haberme arrastrado a esta situación. Pero se siente bien al comprobar que aún tiene energía en su gastado cuerpo, que aún puede sentir la vida fluyendo por ella, sabiendo que mientras siga moviéndose, mientras la fuerza vital siga circulando por sus venas, aún no habrá muerto.


Cayetano Gea Martín


domingo, febrero 08, 2009

Hey Lord

Es que es verdad, ¿no? Siempre he pensado que para ser un Dios, el católico resulta algo cutre y deprimente: nunca sonríe y va vestido como una caballero Jedi. Resulta de lo más deprimente y aburrido. Y sus acólitos y ministros no son mejores, qué va: siempre de mala leche y con cara de pocos amigos. ¡Y encima no paran de ladrar órdenes! Creo que se impone la creación de una versión remozada de Dios, a lo Cristo Colega de Dogma. Un Creador más enrollado, más madrileño quizá, con quien poder salir de copas y que se pague unas cuantas. Y luego, los domingos, de cañitas con Él por la Latina o a su casa a fumarnos algo divino... Seguro que ganaba más feligreses...

Cayetano Gea Martín



Hey Lord above:
Why don't your armies ever smile?
Godfather:
Why don't they ever dress in style?
And never share the humor
That you surely have?

Tobias Sammet - The pride of creation


jueves, febrero 05, 2009

In absentia...

Buenas,

Disculpen ustedes la ausencia de nuevas entradas... Desde hace una semana que he pasado a engrosar la lista de los parados y ahora no tengo ordenador en el curro (ni curro, ya puestos)... La putada es que me dejé en dicho ordenador un buen puñado de historias en el disco duro, pero en fin... Mañana espero comprarme un portátil y retomar el blog, ¡palabrita de parado indemnizado!

Besos y abrazos,

Cayetano Gea