No comprendes que no escupo al cielo por no mojarme el pelo.
No comprendes que no escribo por silencios, que no canto por soleares, que no lloro por mojar la cama, que no fumo para no caerle bien al sábado, sabadete.
No comprendes que no leo pérdidas de tiempo, que no veo más allá de vuestros ombligos, que no escucho más que la llamada de la selva, nunca del mar, que no navego a no ser que no me queden más cojones.
No comprendes que no me interesa más que estar vivo, que no sé vivir sin vida ni morir sin ella, que no aguantan mis párpados más de doce horas sin contemplar la palabra del hombre, nunca la de Dios, que no creo en Él, que no sé por qué hay que encajar con calzador a un Creador en la ecuación si cuadra perfectamente como está.
No comprendes que me desubica el verso florido, que no soporto la redundancia modernista, que odio también la simpleza neoclásica, que no todo es blanco o negro, que no me gusta cerrar bares al son de melodías desaforadas.
No comprendes que lo que para ti es dañino a mí me beneficia, que no hay nada como llevarte la contraria, que no abro paraguas salvo dentro de casa.
No comprendes que no bajo al infierno por no encontrarte.
No comprendes que no escribo por silencios, que no canto por soleares, que no lloro por mojar la cama, que no fumo para no caerle bien al sábado, sabadete.
No comprendes que no leo pérdidas de tiempo, que no veo más allá de vuestros ombligos, que no escucho más que la llamada de la selva, nunca del mar, que no navego a no ser que no me queden más cojones.
No comprendes que no me interesa más que estar vivo, que no sé vivir sin vida ni morir sin ella, que no aguantan mis párpados más de doce horas sin contemplar la palabra del hombre, nunca la de Dios, que no creo en Él, que no sé por qué hay que encajar con calzador a un Creador en la ecuación si cuadra perfectamente como está.
No comprendes que me desubica el verso florido, que no soporto la redundancia modernista, que odio también la simpleza neoclásica, que no todo es blanco o negro, que no me gusta cerrar bares al son de melodías desaforadas.
No comprendes que lo que para ti es dañino a mí me beneficia, que no hay nada como llevarte la contraria, que no abro paraguas salvo dentro de casa.
No comprendes que no bajo al infierno por no encontrarte.
Cayetano Gea Martín
6 comentarios:
...que poco entiende.
Buena!
Es que ellos (que son varios), nunca entienden que no seamos como ellos.
¡Saludos, txe, y gracias!
¡Huy! Pues yo lo comprendo todo ¿seré rara?
Saludos incomprendido kay.
ISA, no eres rara... Los raro son ellos y ellas... Lo que pasa es que, what a fuck, ¡son mayoría!
Saludos de martes agonizante, comprendida (o compresora) Isa
Coñe, me sucede lo que a Isa, lo pensaba antes de leerla...
Soy tan rara como vosotros? apañaos vamos... (jeje)
Qué de gente rara, vaya... Esto modifica mi teoría... O eso, o todos los que tenemos y escribimos en blogs somos un poco freaks, je, je...
Besos de feria de los monstruos, Marga!
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