Rodeado de tantas infertilidad, una rostro aparece ante el mío, hermoso, callado. En él hundo mi cara, mis labios, hasta conseguir rozar mis mejillas con las suyas, hasta devorar su aliento a pan recién horneado.
Es un hermoso rostro de sonrisa angelical, un tanto desconcertante, pero feliz, de comisura grande y de boca pequeñita, apiñada, receptiva.
En la cima de ese rostro, dos hoyuelos marcan el comienzo de otros mundos, otros evos, otros rostros.
Me muero por ese rostro. Navego a la deriva por su culpa. Quisiera aferrarlo, encerrarlo en el armario de mi cuarto para poder acudir a él siempre y cuando quisiera. ¡Es tan hermoso!
Hermoso rostro de vertical sonrisa...
Cayetano Gea Martín
miércoles, mayo 09, 2007
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3 comentarios:
Anatema!! te parece bonito describir "eso" de esta manera?
Si es que ya no hay moral, ni buenas costumbres, ni formas...
(Jeje)
Me encantó...
¿Ein? Yo hablaba de una sonrisa, malpensada...
Anda, y yo!!
Listillo...
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