Madre Selene de argentadas alas
Cara de cráter sobre el cielo azul oscuro
Iluminas la escarcha, aura de plata
Apagas la noche, cáliz de arrebol puro
Generosidad no es lo que te falta, Madre
Ni terror a la muerte que lastre tus pasos
De soledad se intenta vestir mi carne
Cuando te vas en pos de otros astros
Aquella noche de vuelta y de hambre de duelo
Desandaba el camino cuando oí tu canto
Alcé mi rostro trémulo contra el frío cielo
¡Y allí estabas, madre de arrecifes blancos!
Apresabas la noche que se extendía a placer
A tu alrededor, sin saber bien, lastre invernal,
Si comenzar a morir o empezar a nacer
O dejar paso a tu gélido rostro inmortal
¿Cómo debe ser, te pregunto, madre
Ser tú allí arriba y contemplarme?
Tus ojos tristes de mares de piedra
Me observan y se burlan de mi medra
De mi levedad, de la muerte carmesí
Que se esconde certera detrás de ti
Cara de cráter sobre el cielo azul oscuro
Iluminas la escarcha, aura de plata
Apagas la noche, cáliz de arrebol puro
Generosidad no es lo que te falta, Madre
Ni terror a la muerte que lastre tus pasos
De soledad se intenta vestir mi carne
Cuando te vas en pos de otros astros
Aquella noche de vuelta y de hambre de duelo
Desandaba el camino cuando oí tu canto
Alcé mi rostro trémulo contra el frío cielo
¡Y allí estabas, madre de arrecifes blancos!
Apresabas la noche que se extendía a placer
A tu alrededor, sin saber bien, lastre invernal,
Si comenzar a morir o empezar a nacer
O dejar paso a tu gélido rostro inmortal
¿Cómo debe ser, te pregunto, madre
Ser tú allí arriba y contemplarme?
Tus ojos tristes de mares de piedra
Me observan y se burlan de mi medra
De mi levedad, de la muerte carmesí
Que se esconde certera detrás de ti
Cayetano Gea Martín
2 comentarios:
Joder, Kay, estás q lo tiras!!!
El amante como tal,
Sufridor y triste ser
Se comporta a su parecer
Como el más cruel animal.
Y por tanto y sin reproche
Te diré, que aunque no correspondido
Sigo enamorado y prendido
De las argentadas faldas de la noche
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