El viejo ha vuelto, como cada año, como siempre. Y como siempre, nada para mí y todo para los demás. Pero hoy he decidido pasar a la acción.
Salgo a su encuentro y él me mira con aires de superioridad. Supondrá que un niño de seis años no entraña ningún peligro. Craso error. Golpeo sus testículos con el bate de mi hermano mayor. El viejo cae al suelo y yo le asfixio con su abrigo.
Después salgo a la calle, subo a la azotea y los veo. Allí están. Monto en el trineo y me las piro de allí.
Cayetano Gea Martín
miércoles, diciembre 17, 2008
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4 comentarios:
Jajajaja pero qué bruto eres... me voy a chivar a unos cuantos niños y verás tú la que te van a dar... jajajaja.
Y yo decía que me ponen de mala leche esta fechas... ufff, pues anda que a ti!
Besos de retorno.
Yo creo, que ya que estabas en la altura propicia para realizarle una felación a este individuo, lo hubiese hecho y dejado contento, así luego traía más regalos.
He llegado a la cruda realidad, que una buena felación, no tiene precio. Para todo lo demás, existe Master Card!!
PS.: Se me terminaron las pastillitas, tengo que comprar más.
Marga, si yo es por criticar costumbres foráneas guiris (copiadas a su vez de Finlandia)...
No es que me pongan las fechas de mala milk, que tengo libre unos cuantos días así que no hay celebración que por mal no venga, ¿no?
Xmas xoxoxoxo
Alfredito,
Algún día te van a pegar algo raro con tantos vicios orales como tienes. ¿También tuviste que hacerlo así con la legionaria? Suerte con la diosa del Musashi, capullo con suerte...
Es que justamente tengo suerte con la diosa del Musashi, por mis habilidades orales... y sí, con la legionaria también fue así... ahhh qué épocas!
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