jueves, junio 28, 2007

Y qué


Y qué si mis ojos no miran hacia ti.
¿Necesitas, acaso mi aprobación?
Oh, musa intransigente, perdida en tu egoísmo.
Vuélvete, puta, odiada y amada:
Eres tú la que tiene que mirarme, no yo

Y qué te importará que no te sea fiel;
Siempre acabo volviendo a tu regazo.
¿Por qué siembras dudas de tedio?
Tu rutina me asfixia, zorra descocada.
Me ahogo si paso mucho tiempo dentro de ti

Y qué más te dará, enfermedad caliente,
Que mis manos te toquen menos,
Si me rechazas cuando intento amarte,
Pelandusca del montón, concubina de otros
Que sientan sus bases sobre tu piel

Y qué pasa, si sabes que en el fondo te amo,
Con acariciar otras costas temporales.
¿Acaso no sabes que estoy condenado a ti?
¿Dudas que comparto tu triste destino?
Me hundo con tus naves, Iberia mía.

Cayetano Gea Martín

martes, junio 26, 2007

Cadencia

No es que no quiera, en mi ignorancia, abrir los ojos,
Es que prefiero, cabezón de mí, tenerlos cerrados
Dejar hoy a un lado la triste cadencia de cerrojos
Conocer todos los tiernos brotes arrancados

Todo lo que puede llegar a ser cognoscible
Se puede recrear en un laboratorio a oscuras
No es necesario, creedme, más combustible
Que el rumor gris y constante de la locura

Y al peso tendencioso de cada año
Hay que sumarle la cadencia de los kilos
El materialismo verde del desengaño

O el ser consciente que si he sufrido
En no tener la felicidad siempre a mano
Que no todo fue inútil, ni el deseo en vano
Cayetano Gea Martín

viernes, junio 22, 2007

Frases de Monty Python


Vamos a intentar alegrar este viernes completando mi Sagrada Trinidad del Humor... Que buena falta me hace después de esta semana asqueante de mucho currar y poco vivir... ¡Salud!

-¡Camelot, Camelot!
-Bah, es una maqueta.

-Bueno, pero aparte del alcantarillado, la sanidad, la enseñanza, el vino, el orden público, la irrigación, las carreteras y los baños públicos, ¿qué han hecho los romanos por nosotros?
-Nos han dado la paz.
-¿La paz? ¡Que te folle un pez!

Bienvenidos al Castillo de Ántrax. No es un nombre muy bonito, ¿verdad?

-¡Miguel Ángel, te encargué una última cena y quiero una última cena! Con doce discípulos y un Cristo.
-¿Uno?
-¡Sí, uno! ¿Quieres decirme en que demonios pensabas para pintar tres Cristos en ésta?
-Funciona, amigo.
-¿Funciona?
-Sí, el gordo equilibra a los dos delgados.

-Somos tres Reyes Magos.
-¿Y os coláis en un establo a las dos de la mañana? ¡Pues vaya una mierda de magia!

-Buenos días, señorita.
-¿Señorita?
-Discúlpeme, estoy resfriado.

¡El que a una furcia natatoria le de por repartir espadas mojadas no es motivo suficiente para establecer un sistema de gobierno!

-¡Este loro está muerto!
-No, no, está... descansando. Bonito plumaje el noruego azul, ¿eh? Probablemente, añora los fiordos.

¡Tú eres el autentico mesías! Y yo lo sé, porque he seguido a varios.

¡Es una bruja, es una bruja! ¡A mí me convirtió en grillo!...Y mejoré.

-Palo afilado, ¿eh? Queremos aprender a defendernos contra palos afilados, ¿eh? Os creéis muy importantes, ¿eh? La fruta fresca no es bastante para vosotros, ¿no? Bien, bien, bien... Pues te diré una cosa, muchacho. Cuando te vayas a casa esta noche y algún maníaco homicida te persiga con un puñado de frambuesas ¡no vengas a llorarme!

-¿Y de qué signo es él?
-¿Perdón?
-¿De qué signo es?
-¿Capricornio?
-¡Oh! ¿Y cómo son los capricornio?
-Es el hijo de Dios, ¡el mesías! ¡El rey de los judíos!
-¿Porque es capricornio?
-No, no... Porque es él.
-¡Ah, claro, si no habría muchos!

Un asesino no es más que un suicida extrovertido.


Cayetano Gea Martín

miércoles, junio 20, 2007

Década ominosa

No podía creer lo que veían sus ojos, demasiado acostumbrados a no ver nada interesante, pero allí estaba ella, de nuevo, diez años más tarde, luciendo la misma sonrisa de princesa distraída, gastando sus tacones de aguja Calle Preciados hacia arriba, contoneando sus caderas al ritmo veraniego de esta ciudad desierta de primeros de agosto, con una falda plisada negra que redondeaba su rotundo trasero de cuarentona maciza, sintiendo él en su corazón una punzada de dolor por las horas perdidas y los momentos vacíos, un dolor incómodo e inoportuno, una década después, y la sensación horrible de no haber evolucionado durante todo ese tiempo, de ser la misma inmadura criatura de siempre, más viejo pero no más sabio, y el odio y a la vez dependencia que aún anida en su pecho para con ella, las ganas irrefrenables de acercarse, hablar con ella, pero el miedo a hacerlo, el miedo al rechazo o peor aún, el miedo a no ser rechazado, a que ella lo acoja de nuevo en su seno, a volver a navegar por ese cuerpo de infarto, a volver a invadir esa mente y descubrir que ella sigue mandando sobre él, y volver a penar por lo mismo, y acabar igual, para nunca romper la espiral en la que se encuentra sumergido de forma irreparable, una y otra vez, y otra, y otra, pero a la vez puede ver que se va acercando a ella, frágil esquife en busca de puerto seguro, cada vez más cerca, temblando y sudando dentro de su traje, confinado tras una americana y una corbata, demasiado viejo para cambiar ahora, y casi puede alcanzarla, oh, qué cerca está ahora de él, ahora puede verla mejor, mucho mejor, la delicadeza de sus piernas desnudas, sin necesidad de medias, su largo pelo castaño cayendo hasta casi rozar ese culo en el cual él pasó tantas y tantas horas de ansiedad, de caricias, de sexo furtivo en bancos, plazas, cines, moteles, su casa, donde la encontró entregada a dos de sus mejores amigos, oh, sí, aquella imagen, imborrable, pesadilla a lo largo del tiempo, y ella no pagó aquello, no, no pagó, y ahora vuelve a él, pero él no desea venganza, desea sumisión, sumisión por parte de él, como siempre, quiere ser su esclavo de nuevo, su perro fiel, tocarla, verla, verla de frente, obligarla a mirarle a sus ojos, no puede haberse olvidado de los ojos de él, no, imposible, llega hasta ella, atrapa su brazo con su mano derecha, y la hace girar para descubrir que ella no es ella, que se ha confundido de persona.

Cayetano Gea Martín

lunes, junio 18, 2007

Del dolor...

Del dolor se aprende, entre otras cosas, a soportarlo. Y creo que, como maestro en él que supuestamente eres, no deberías ser tan quejica, amigo mío. ¿Tan insoportable te resulta? Bueno. Nada más lejos de mi intención de ser poco empático, así que permíteme. Permite que comparta tu dolor. Hazme sitio. Mmm... Interesante... Aunque totalmente soportable, de verdad. Claro que te llevo ventaja, ya sabes. Yo pertenezco a este lugar, mientras que tú acabas de llegar, en fin... Créeme, te acostumbrarás. Todos aquí al final lo hacen.
Cayetano Gea Martín

viernes, junio 15, 2007

El hombre que observaba el infinito


Estaba comenzando a hacer bastante más frío que en las últimas cuarenta y ocho horas. David lo achacó a la evidente carencia de energía en los motores principales, y a la más que posible derivación de cualquier tipo de fuente energética secundaria hacia éstos. En estos momentos, era más prioritario el hecho de mantener la nave en marcha y en rumbo que la calefacción, los electrodomésticos o el agua caliente. David supuso que, de darse el caso, el ordenador de la nave suprimiría el oxígeno sin dudarlo. Al fin y al cabo, el sólo era el piloto orgánico de la misma, y ésta tenía autonomía suficiente para poder navegar sola en su periplo por el espacio.

Desde la frialdad y la penumbra de su asiento, David contemplaba las blancas estrellas. A pesar de haber pasado tres cuartas partes de su vida viajando por la inmensidad del cosmos, el simple hecho de observar los fríos astros que titilaban contra la negrura eterna siempre le producía el mismo y familiar sentimiento de saberse insignificante. Recordaba con nostalgia la última vez que estuvo en casa, en el viejo y familiar orbe. Recordaba sobre todo la luz del sol sobre su pálido rostro, y el bienestar provocado por la contemplación del cielo azul. Recordaba que se prometió a sí mismo que el próximo viaje sería el último. Ahora creía que estaba en lo cierto.

Era el último ser humano de la nave. El resto de la tripulación había muerto, básicamente en dos turnos. Durante el accidente, cinco de ellos fueron succionados hacia el espacio, donde estallaron a causa de la descompresión como globos llenos de sangre. Los otros dos quedaron atrapados bajo una de las tres enormes mamparas que se desplomaron. Fueron muriendo poco a poco, a lo largo de las veinticuatro horas siguientes, a pesar de los denodados esfuerzos de David por sacarlos de allí.

En los días siguientes, se dedicó a evaluar los daños. Algo más de la mitad de la nave se encontraba inoperante. Las selló todas y se deshizo de ellas. Las reservas de combustible no llegarían para llevarle hasta su destino. Su suerte, pues, estaba echada. Alea jacta est.

Mientras se acurrucaba aterido de frío en el asiento, observando las tinieblas que le rodeaban tanto dentro como fuera de la nave, a las estrellas y a la infinita soledad que sentía en su corazón, David pensaba que toda la existencia, no sólo la suya, es efímera, que la idea de sentirnos especiales, que el mero hecho de considerar que tenemos una parte inmortal dentro de nosotros, un alma o karma o lo que sea, no dejaba de ser una triste broma cósmica.

El ordenador consideró, al fin, que el oxígeno que David consumía no valía la pena, pero que el llegar a su destino sí. A pesar de ello, las lecciones de ética introducidas en su inteligencia artificial tuvieron la consideración suficiente como para liberar parte del monóxido de carbono producido como material de desecho hacia el interior de la cabina de mando, donde David poco a poco iba perdiendo la conciencia. Amodorrado por el gas, el piloto de la nave y último superviviente de ésta, cerró los ojos y se entregó a la entropía. La nave continuó su curso como estaba previsto, en silencio, hacia casa.


Todo es insignificante, nada es tan preocupante. La soledad es un lugar tan vacío siempre... (Enrique Bunbury – Lady Blue)


Cayetano Gea Martín


miércoles, junio 13, 2007

Un dedo en la llaga


Un pecho perfecto sin marca
Frente a una caricia furtiva
Frente a un rayo de nácar
Frente a una hora perdida

Un dedo en la llaga
Que contagie de versos
Los momentos que sangran
La calma chica sin besos

Un clítoris dulce
Que atesore tormentas
Y marejada de espuma

Un dedo en la llaga
Que despierte deseos
Y que evite la muerte


Cayetano Gea Martín

lunes, junio 11, 2007

¿Hay solución?

Escribo estas líneas a raíz de una entrada mía que levantó cierta polvareda; aquella que mal titulé ‘Disculpen la franqueza’, donde por parte del respetable lector y amigo parecía haber ningún tipo de esperanza con respecto a este país en el que nos ha tocado nacer y, para casi todos, vivir. Quiero dejar bien claro de antemano, aunque la mayoría ya lo sabe, que no tengo ningún tipo de sentimiento nacionalista, pero que tampoco me considero antipatriótico, ya que hay cosas de aquí que, sin lugar a dudas me gustan; tales como la literatura, la gastronomía, el paisaje y las poblaciones (de algunos lugares, claro), la forma de vivir y de tomarse la vida, etc.

Creo que el desengaño político no debería mezclarse con el desengaño personal. Los políticos son una cosa, la gente y sus vidas, por fortuna, otra muy distinta. Creo que el pensar que nada tiene solución o que este país no avanza, es caer en una especie de demagogia derrotista de izquierda despreocupada con los problemas. Ya que todo es una mierda, pues para qué molestarse por hacer nada. ¿No os suena, con todo los respetos, a excusa?

Sólo quiero comentar un par de cosas más , y luego dejaré que me lluevan palos por todas partes, je, je:

Primero: No creo que la situación actual en España sea tan negativa como algunos opináis. Sí, creo que las cosas pueden ir mejor, pero no creo que lo que no funciona aquí sea un mal endémico, si no más bien una tendencia globalizada entre todos los países occidentales. El capitalismo es el capitalismo, aquí y en la Península del Labrador. Y antes de que me citéis a Finlandia o Nueva Zelanda, por ejemplo, como paradigmas de la democracia, os diré que obviamente un país pequeño siempre es más fácil de gestionar, y de evitarse chanchullos. Y no me toquéis las pelotas (bueno, con cariño si queréis, sí) con que también es una cuestión de mentalidad, del carácter frío y pacífico de los pueblos del norte, que Alemania y Rusia están por ahí y burradas han hecho y harán, como todos.
Creo que este país sí evoluciona en muchas cosas. Creo, además, que en algunas, demasiado rápido. La mentalidad de la gente de esta piel de toro tendida al sol me sigue sorprendiendo muchísimo, para bien y para mal. La forma de adaptarnos a los cambios (o mejor sería decir, el que nos la sude todo) me parece, a veces, encomiable. Además, ¿qué es eso de quejarnos de nosotros mismos? Cuando pensamos en españoles típicos nos imaginamos a ese tipejo bajito y con bigote que arma follón en el cine, que piensa que el fin del mundo es Murcia y que es un intransigente con todo lo que no sea de su mismo palo. Pero ¿acaso nosotros (y por nosotros me refiero a nuestro círculo de allegados) no somos de aquí? Entonces, ¿por qué no pensar que nosotros somos lo típico? ¿No nos descalificamos a nosotros mismos cuando nos cagamos por todo lo alto en España? No verás este fenómeno en ningún otro país. Habría que estudiarlo con detenimiento, creo yo. Si un alemán te dice que está orgulloso de ser alemán, no le prejuzgas como nazi. Pero si un español lo hace, es un facha. En lo que sí estoy de acuerdo es en que, tristemente, casi siempre se suele acertar, aunque ¿y qué? Tengo muy buenos amigos de derechas... Bueno, en realidad, sólo tengo a uno, pero es una persona excelente.
En fin, no sé, creo que somos de los poco países con complejo de ser lo que somos, cuando la mayoría de la gente de fuera que viene coincide que aquí se vive de putísima madre, que se come muy bien y que la gente es encantadora. ¿Que hay mucho gilipollas suelto? Sí, pero aquí y en Groenlandia, aviso. Como dice mi padre, el porcentaje siempre es el mismo: un 50% que se dedica a dar por culo al otro 50%.

Segundo: Lo lamento mucho si ahora me pongo intransigente (agarraos, que voy...), pero quien no hace nada por cambiar las cosas si éstas no le gustan, ha perdido, para mí, el derecho a quejarse. No hablo ya de votar, aunque también, hablo de hacer algo, de militar, de montar tu propio partido, de denunciar al alcalde mangante de tu pueblo, lo que sea. Por favor, no caigamos (también me incluyo, por supuesto) en la españolitis, es decir, quejarse mucho y no hacer nada. Y por lo que más queráis en vuestra vida, votad. Si estáis desengañados por lo menos proponed otra cosa. Si ninguno os convence, yo os prometo que al que me diga de vosotras y vosotros que monta un partido puede contar con mi voto de antemano. Tenemos las herramientas para hacer algo, lo que sea. Los que desean que no hagamos nada son ellos, los que mandan, los que se han olvidado de que no son más que nuestros gestores, a los que nosotros pagamos para que administren los recursos. No son nuestros jefes, lo somos nosotros de ellos. Ellos lo ignoran deliberadamente. Y nosotros, ¿también lo hemos olvidado?

Como diría el bueno de V, “People shouldn't be afraid of their goverments, goverments should be afraid of their people”.
¡Recordémosles por qué deberían temernos, joder!
Cayetano Gea Martín

viernes, junio 08, 2007

Ven a la luz


Ven a la luz
No te quedes en las tinieblas
Acaricia mi cuerpo de sur
Con tus manos de luna nueva

Ven a la luz, amor
Inclínate ante mi rostro
Háblame con
El brillo plateado de tus ojos

Ven a la luz, roce
Que mora entre mis dedos
Tómate tiempo de noche
No urge el amarte sin miedo

Ven a la luz, niebla
Que al final no hay para tanto
Ni normalidades ni reinas
En esta oscuridad de madera de sándalo

Ve a la luz
No mores en el silencio falso
De tu juventud
De desolado rostro amargo

Ven a la luz, matrona
No me dejes desolado
Llorando a solas
Preso en este mar blanco

Ven a la luz, alabarda
Navega entre mi miel
Que te araña la espalda
Y te dibuja arabescos en la piel

Ven a la luz, tormenta mía,
Mariposa de alas negras
Que las cubran letanías
Y que mis hombros las envuelvan

Ven a la luz, usurpadora
No navegues en arenas
Ama a la aurora
Y al calor de esta condena

Ven a la luz
Quédate en ella
A cambio prometo
Beber de tu oscuridad


Cayetano Gea Martín

miércoles, junio 06, 2007

El virginiano y gente así

-Eres muy guapa.
Le dijo él a mis pechos, gastándome dos tallas de sujetador con su mirada.

-¿De dónde eres? No pareces ser de Madrid.
Vaya. Hacía tiempo que no oía esa especie de centralismo con patente de corso. Además, ¿cómo es parecer ser de Madrid? ¿Me faltará el mantón de manila para ser castiza del todo?

-¿Vienes mucho por aquí?
Sí, majo, sí. En efecto, lo has adivinado, vivo aquí, entre las botellas de ron y las de ginebra, no te digo.

-¿Estás sola?
Le continuó preguntando a mis tetas, como si éstas se fueran a poner hablar de un momento a otro. No, no estoy sola. Tengo a un plasta comiéndome la oreja ahora mismo.

-¿Estudias o trabajas?
No puedo creer que aún haya alguien que lo utilice, Dios mío. ¿Es que nada se renueva en este país?

-No sé qué edad tienes, pero pareces más joven de la que sea.
¡Toma ya! Esto sí que es difícil de comprender y no Rayuela.

-¿Quieres que vayamos a otro sitio?
Se dirigió esta vez a mi culo. No, nada de eso. Tú sí, majete, tú te puedes ir por ahí en busca de otra víctima, que ya te vas quedando sin noche.

-Nos quedamos, entonces. ¿Quieres que te pida otra?
Sí, pero esta vez va a ser una Chivas, o lo más caro que tengan en su defecto. Ya que vas a intentar emborracharme, por lo menos arruínate.

-Me gustas mucho, y es poco común en mí que me fije en alguien.
Salvo a las veinte mujeres a las que les dices esto todo los fines de semana quieres decir, ¿no?

-Jo, no veas cómo lloré viendo Princesas...
Jo, no veas tú cómo lloro yo ante tu actuación, macho.

-Creo que la gente está obsesionada por el físico, ¿no crees?
Mira, estoy de acuerdo contigo, pero tus palabras pierden peso al seguir comiéndome las tetas con los ojos.

-Me encanta leer y amo a los niños.
Modelo de tío Curriculum Vitae.

-Tú debes ser Piscis con ascendencia Aries.
Tú debes ser Tonto con ascendencia Gilipollas.

-¿Me das tu número de teléfono?
¿Me das la clave de tu tarjeta de crédito?

-Podríamos quedar algún día para ir al cine.
No creo que Rocky XXIV sea de mi agrado.

-¿Te veré de nuevo?
Espero que sí, pero en tu funeral. Chao, bambino.


Dedicado a toda esa testosterona que inunda los bares de copas los fines de semana y que dan mal nombre a mi género. Gracias, queridos babosos míos, hacéis mejores al resto.
Cayetano Gea Martín

lunes, junio 04, 2007

Estoy en luna llena

Hoy le he sacado los colores al silencio de la tarde
He dejado a Wendy en la cama con Peter Pan
Y me he dedicado a recortar caretas con una tijera despuntada
Más que nada para no cortarme, oh, yo, previsor aburrido
De aburrida e insulsa noche de martes mortecina
Y cuando los tallarines estaban ya listos y con curry
Los engullí sin pensarlo demasiado, en estas horas muertas.

En estas horas muertas en las que tú no estás
Cuando caliento la sopa boba con series de televisión
Y de películas en versión original mientras ceno
Y me sirvo vasos de cerveza amarga para uno
Y no la de color verde irlanda que te gusta a ti
Con mi ticket de ida al infierno de la soledad
O enchufo la máquina de los sueños digitales

Claro que a veces se acaba el Baileys o el hielo
Y hay que salir a bucear en la claridad que rodea al bosque
En busca de un puerto oriental que sirva por doce euros
La felicidad en forma de líquido lechoso marrón
Dos culitos, por favor, con dos hielillos que tintineen
O a por huevos a tres euros la docena enana
Talla Mediana o M, amarillos, de corral transgénico
Y la pasta lista para hacer, sin complicaciones arguiñanas

Entonces, dos silencios, de cada página y de cada frase
De la pequeña y nula intención inicial poco queda
Nada más que un suspiro derrotado
Un cúmulo nimbo de rostros extraños
Una montaña de intenciones burócratas
Cuesta adaptarse de nuevo al cautiverio
Cuando se ha tenido todo el tiempo para no hacer nada con él

Pero hay luz al final del túnel
Hay caricias que se pierden en las sábanas
Y sexo hermoso como nunca
Ví, olí, toqué, oí, saboreé, sentí
Y carne en el asador
Y posibilidades de
Y continuidades en los parques
E invenciones de Morel
Ya que tu amor no contradice los míos
Los suma, los potencia
Y me clava a Dostoievski
Me lo añade a la lista
Y a ese poeta extraño en cirílico
Galimatías eslavo
De corazón frío
De sabor caliente

Cuesta, mi amor, y tú lo sabes mejor que nadie
Que navegas con tus velas henchidas
Del sopor de mi soltería decadente y agonizante
Sin saber si colgar los hábitos de puta beata
O acabar por derribar el muro de las lamentaciones
Para que deje de haber diferencias entre tú y yo
Salvo las que vengan dadas por la genética cruel
Cayetano Gea Martín

viernes, junio 01, 2007

Frases de Les Luthiers

Dios, cómo amo a estos genios que componen mi trinidad del humor (los otros dos son, por supuesto, Los Hermanos Marx y Monthy Python)...

Ya van siete veces que los veo en directo, en compañía de mis padres y de mi hermano, como siempre... Es una de las cosas que les tendré que agradecer siempre a mis viejos: el haberme presentado al quinteto argentino.

El otro día encontré en internet una lista de frases de ellos falsa. También me la han mandado varias veces por correo algún amigo como presentación de PowerPoint.

Ésta que cuelgo aquí y ahora es real, confirmada y revisada por mis largas horas frente al DVD viendo una y otra vez los espectáculos de Les Luthiers...


Y con esto os dejo en compañía de ellos. Qué más podemos agregar que no se haya dicho ya... o que sí se haya dicho...



De no ser por nuestra acción de gobierno nuestras calles estarían llenas de pornografía, de corrupción, de violencia... ¡de gente!

Sus encantos no habían disminuido con los años...habían desaparecido .

Hombre prevenido vale por dos; una pareja desprevenida vale por tres.

Igual que un regicida es el que mata a un rey, o un homicida el que mata a un hombre; un suicida no es, como muchos creen, el que mata a un suizo. Un suicida es alguien que se quita la vida a 'sui' mismo.

-Hermano, ¿qué me dice del voto de castidad? -Que yo voto en contra.

Porque, después de todo, los niños, aún los más chiquitos, son seres pensantes. Casi podríamos decir que son seres humanos.

-Estados Unidos es el artífice de nuestra actual democracia. -Sí, y de nuestras anteriores dictaduras.

Si aquel que dice ser tu mejor amigo te clava un puñal por la espalda, debes desconfiar de su amistad.

Debes tener moderación en tus costumbres. Ya lo dijo el poeta: "Anoche sobre la luna vi claramente dibujado en el cielo un dragón con plumas... Debo beber menos."

Antes, cientos de mujeres nos cedían sus gracias por pasión. Ahora, gracias y por compasión nos ceden el asiento.

Cuántos gobernantes han meditado sus actos en un cuarto de baño, como si fuera su despacho, al extremo de no distinguirse dónde resuelven sus asuntos, y dónde toman más... decisiones incorrectas.

-Dígame, usted, ¿normalmente tiene dificultades con la yuxtaposición?. -No he recibido queja alguna, hasta ahora.

¿El trono o María?, al fin y al cabo, el Trono lo quiero para posarme sobre el, y satisfacer mis deseos, los mas sublimes y los mas perversos, en cambio a María la quiero para .... caramba, ¡qué coincidencia!

Y habiéndole preguntado Warren: “Desdichado, ¿qué haces ahí?”, el joven contestóle llorando “Mi novia me ha dejado”. Y Warren díjole: “La verdad es que podía haberte dejado en otra parte”.

De cada diez personas que ven televisión, cinco son la mitad.

El doctor Ortega siempre ha sabido sobreponer a los mezquinos intereses partidistas los supremos intereses personales.

Porque es un prohombre respetado por propios y ajenos: insobornable custodio de lo propio, inflexible amigo de lo ajeno .

Queridos hermanos, esto que acabamos de escuchar no solamente es verídico, sino que además es cierto.

Cayetano Gea Martín